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Cultura

Víctor Amaral sobre las nuevas generaciones de folcloristas: “La gurisada no estudia música”

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Por Tito Espinosa|

Esta entrevista tiene, al menos, unos tres meses. Víctor Amaral Portela, 68 años, nació en la localidad Sauce de Batoví, como él dice “en un rancho de terrón y paja” y aún vive en esa localidad. Es padre de dos hijas, y es esposo de Magela, que como la reconoce en los agradecimientos de su reciente álbum “gracias por bancarme todo este tiempo”.

Batoví es lugar que inspiró el álbum, lanzado en este 2022, que lleva el nombre “Con acordeón, de mi lugar”. Este trabajo reúne once canciones instrumentales, donde nos transporta a la música norteña de nuestro país y sus alrededores. Por la calidad del trabajo, estuvo nominado a los Premios Graffiti al “Mejor Álbum de Música Folclórica Uruguaya”.

Para Víctor Amaral la música es algo serio. Nos destacó en la entrevista que hay una falta de calidad en los trabajos artísticos de las nuevas generaciones de folcloristas. “Todo es por la falta de estudio y de información, de leer, de estudiar música”, manifestó en su juicio de la actual música, Víctor Amaral.

A Víctor lo recuerdo desde cuando era un adolescente, cuando iba a estudiar Guitarra Clásica con la profesora Edelma Correa. Me viene a la mente, cuando caminando por los pasillos de la Casa de la Cultura, veía a ese hombre tocando de forma esplendida el piano y el acordeón. Siempre sentí cierta admiración por la gente que aprende a dominar de forma virtuosa un instrumento. Víctor siempre brindó su virtuosismo a los demás, ya era el momento de trabajar más para sí mismo. Fue el momento este año, apareció “Con acordeón, de mi lugar”.

-El álbum viene teniendo una excelente recepción del público e incluso, con nominaciones a premios. ¿Cómo fue el proceso para elaborarlo?

El disco lo hago todo acá y están grabado todos los temas con acordeón. Después tiene acompañamiento de piano, bajo eléctrico y una percusión sampleada. Esto último son sonidos grabados de elementos reales que los tengo que insertar a través de la informática. Lo hice todo yo. Las tomas de sonido, la mezcla y la masterización. Todo ese proceso se lo entregó al sello Ayuí, que fue el que me lo editó e hizo el lanzamiento. Ellos se encargaron de enviar información a los medios de comunicación, no a todos los medios, porque es difícil cubrirlo a todo. Algunos medios me llamaron, incluso la Radio Tacuarembó, en la Radio Zorrilla llego la información. En resumen, la parte musical son once temas, todos de mí autoría. En realidad, era un debe que tenía conmigo, hace años que vengo trabajando en función de los demás. Siempre estoy grabando, no tengo estudio de grabación abierto al público como lo tuve hace seis o siete años, pero tengo la herramienta para hacer buenas grabaciones.

-Veo que tiene un estudio, por llamarlo “casero” en su hogar, en Batoví.

Tengo todo acondicionado para hacer grabaciones y también trabajo para otra gente. Por citarte algo, el hijo José Luis Carbajal “El Sabalero”, Alejandro Carbajal que está en Holanda, produce para él y otros músicos, y todo lo que es acordeón me manda para acá. También algunos estudios de grabación de Montevideo, cuando es algo de acordeón, mandan para grabar acá, también para algunos cortes publicitarios y películas. En la película “El baño del Papa” participé en la banda de sonido y ahora me llamó Daniel Casacuberta que es de la banda Bajofondo Tango Club que desde que hicimos la película, me anda buscando constantemente cada vez que precisa un acordeonista por ahí. Ahora está trabajando en una película biográfica de Gerardo Matos Rodríguez, el autor de la canción “La Comparsita. Resulta que hay una escena en Paris (Francia), hay un acordeonista callejero en un escalón y que estaba tocando “La Comparsita”. Entonces, tuve que adaptarme al estilo francés, hice unas versiones, como si fuera un acordeonista de ese país. Casacuberta, me dijo que me metiera en Francia, yo por suerte ya conocía ese país hace unos años por la gira de  Pepe Guerra. Vi a los músicos callejeros, y lo tenía claro. Después, hace poco me llamaron para la publicidad de las pastas Avanti, y me dijeron que me metiera unas calles de Italia y me grabe con acordeón a tarantela el “¡Avanti, Avanti, Avani!”.

Leo lo que dice el álbum y hay una dedicatoria a Magela, su esposa.

(Risas) La puse en los créditos, porque siempre me está bancando. A veces, la gente le dice que es lindo tener a músico en casa, pero a ella ya la tengo podrida. (Risas) Pongo el acordeón por arriba del mueble, le prendo el piano y, vivir acá, es como suplicio para uno que esté afuera de la música. Igual, ella integró la Banda Municipal como flautista y cantante cuando yo era el director de la Orquesta, allá por los años 80s.

– ¿Cómo fue la experiencia como director de la Orquesta Municipal?

Sí, entré como tecladista en 1978 y en los 80s hubo concurso para director, me presenté y, a partir de ahí seguí como director. Fue un lote de años, hasta que después, me trasladé Montevideo y venía a Tacuarembó. Entonces al no poder dirigir, quedé como supervisor y arreglista, siempre, de toda la vida. En los años 80s, viajaba a Montevideo a estudiar con Federico García Vigil (1941-2020), orquestación.

-Usted es de formación clásica, o mejor entendido académica.

Académica sí, pero no clásica. Es decir, yo toco “La tocata y fuga en re menor” de Sebastián Bach (1685-1750), pero eso no quiere decir que sea de música clásica. Música académica no es lo mismo que música clásica. La música académica es con estudios de academia de música.

-Volviendo al álbum, veo que tiene una impronta de bajo, piano y arreglos muy sutiles de guitarra. Entonces, no es un álbum puramente de acordeón, ¿verdad?

Claro, además con el apoyo de unos amigos que fueron Ricardo Cunha, Juan Paulo Silva que integra la banda Puro Chamuyo, también Robert Resende. En la canción “Calafito” (Tema N°8 del Disco Con acordeón, de mi lugar) suena todo medio sinfónico porque aproveché que toqué con la Orquesta Juvenil del SODRE, hice los arreglos correspondientes y suena de esa manera.

-Estaba viendo los títulos de las canciones, por ejemplo, hay unas canciones que se llaman “Escuela 53” y “Bar Púa” voy a suponer que son lugares donde usted fue.

Claro, yo vivo acá, cerca de Batoví y fui a esa escuela. Es la N°53 que es la de adentro, no es la que está en la Ruta 5. Y bueno, ese es mi homenaje a la escuelita donde concurrí cuando fui niño. El Bar Púa está acá en frente, lamentablemente no está abierto porque falleció el bolichero. Yo iba casi todos los días a conversar con los parroquianos, o a jugar el billar.

-Ahora se entiende más el nombre del trabajo “Con acordeón, de mi lugar”, usted se inspiró para componer canciones de ahí, Batoví.

Yo soy de toda la vida de acá. Mis padres cuando nací tenían un boliche, vivíamos en unos ranchos de terrón y paja, no es ahora donde vivo.

-El álbum muestra bien el norte del Uruguay y sus fronteras, como es el caso de la música de Brasil.

La música tiene la imagen de nuestro folclore norteño, y más bien de la Patria Grande (Brasil) porque hay una samba, también hay polca, baiao. Y bueno, es música de acá del norte, con una onda de orquestación, con una armonía un poquito mas sofisticada.

-Usted puso el álbum con la firma de Víctor Amaral, pero en su momento, se lo conoció mucho por su lado humorístico, el Gauchito Clorofila.

Yo en una etapa de mi vida hice las dos cosas juntas; la música y el humor. En realidad, yo no soy humorista ni me creo humorista, ni me gusta me pongan en la categoría de humorista, porque es una categoría muy difícil. El humorista tiene la obligación de subirse al escenario y hacer reír a la gente, y eso es una cosa muy difícil. Lo que pasa es que yo soy así, dentro de casa, de bajo del escenario y arriba del escenario, soy de la misma forma. No estoy creando nada. De repente me largo algún chiste o una cosa, pero son chiste que lo digo en mi casa o en el boliche. No creé un personaje, fui yo siempre. El personaje habrá empezado allá por los años 80s y pico. Me acuerdo que Miguel Ángel “Ratón” Ortiz fue el que me dio un empujón cuando yo le dije que tenía ganas de hacer eso. A veces me llevaba a algunas fiestas criollas y de ahí se empezó a conocer. Después, me empecé a grabar con casete primero, porque era de esa época, lo editaba con toda la documentación de AGADU para luego distribuirlos . Yo tocaba mucho por todo el país, del boca a boca se empezó a comentar.

-Veo la lista de artistas con quien usted tocó y la verdad es asombroso por el nivel de estos.

Sí, toqué con el Pepe Guerra como 12 años. Fui con él a Europa, Estados Unidos y a buena parte de Sur América. Después, enganché en la última etapa de Los Olimareños, cuando hicieron un concierto en el Estadio Centenario, que iban a ser solo dos conciertos en el año 2009 y luego resultó que la productora empezaba a pedir más al grupo, y al final, se tocó como tres años más. Fuimos dos años recorridos a Cosquín (Argentina), y otras provincias, después acá en Uruguay en la Fiesta del Bicentenario (2011), nunca había visto tanta gente. También para el lado de Brasil y Venezuela.

– ¿Cómo nota usted al ambiente de la música folclórica? ¿Hay nuevas generaciones que hacen trabajos de calidad?

Hay unas generaciones nuevas, pero no bien informada y están tomando mucha cosa para la joda, y a los autores nuestros de renombre como Aníbal Sampayo hay cosas muy mal grabadas, desfiguradas e incluso con ritmos de cumbia. Entonces, eso no me gusta mucho, hay algún porcentaje mínimo de artistas serios y que cantan muy bien. Lo que pasa es que la gurisada no estudia música, agarran una guitarra y un acordeón y chau, ¡A ver las palmitas! Y no es así la cosa. La música tiene otro contenido y otra seriedad, no es solo ir a un festival y armar relajo, eso no tiene mucho fundamento. Tienen ese momento, pero después queda solo en eso, al otro día ya desapareció . Es que es muy fácil de grabar hoy, antes un sello te agarraba para grabar si eras bueno. Hoy en día, vos podés grabar en tu casa lo que sea, y le das a un amigo que lo pase en la radio, estos le dan manija que es excelente y no es excelente en nada, y el que no sabe, ya se la cree. Entonces, ya es un montón de cosas que se juntan para que la mediocridad avance.

-Tal vez como es música solo para entretener se vuelve algo efímero.

Pero se puede entretener con música con contenido. Lo que pasa que ellos no estudian, se arman letras diciendo cualquier bolazo. Arman música de dos o tres acordes elementales. Todo es por la falta de estudio y de información, de leer, de estudiar música. Eso de estudiar se está perdiendo y la calidad de lo nuestro. Yo escucho mucho de los vecinos, de Argentina tienen otro criterio y de Brasil ni que hablar. Bueno, Brasil es un gigante cultural y sería bueno que alguien tomará algún poco de referencia de ahí.Pero no les interesa, están para la pavada. Por ejemplo, para agitar un festival que después termina el mismo y no queda nada. Lo que pasa es que andan en la vuelta, en la chiquita, y no les permite crecer. En Brasil hay festivales como en Santa Rosa llamado Musicanto que ahora van el treinta y pico. Una vez en la Patria Gaucha, vino el Gaúcho da Fronteira, pero acá nadie se enteró, y Luis Carlos Borges, músico y gestor cultural dijo en referencia a la Patria Gaucha “esto es una linda fiesta, lástima que la parte económica se la va a comer”.  Y, fue lo que pasó. La últimas Patria Gaucha tuvimos un alto porcentaje de música cumbia, eso es impensable en las fiestas gaúchas en Brasil.

-Entonces usted me da a entender, en el caso de la Patria Gaucha, de que no hay un criterio a la hora de elegir a los artistas que participan en esta.

No hay un criterio. El comercio se la comió y las personas encargadas de la fiesta se dejaron llevar por el comercio. Es eso, el comercio me puede prometer a mi transformarme en otra cosa, que va en contra mis principios, y yo no quiero. Además, estoy a una edad que, si me vienen a pechar por una cosa, llevándome por delante, yo no me muevo.

-Volviendo al álbum, la portada del mismo es una foto de usted con el acordeón en mano y supongo que en Batoví

Sí, me sacó la foto mi hija, una que canta. Ella vino un día, un fin de semana de Montevideo, tengo otra hija que es contadora. Tengo dos niñas de 36 y 40 años. (Risas) Pero como te decía vinieron un día, me sacaron las fotos, me encantaron y las usé para el álbum. Después el texto, que tiene el álbum, se lo pasé a Mauricio Ubal de Ayuí, se lo conté informalmente y le gustó. Así como se lo redacté de primera, Ubal lo puso en el álbum.


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Tacuarembó explora el potencial de la yerba mate autóctona

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La posibilidad de cosechar yerba mate en Uruguay, una nación con el mayor consumo per cápita de esta infusión en el mundo, está siendo seriamente considerada. Este sábado 14 de junio, a las 19:00 horas, el Museo del Indio y el Gaucho de Tacuarembó será el escenario de una importante charla que abordará las perspectivas actuales de la yerba mate en el país.

Organizada por la Universidad de la República y la Dirección General de Educación y Cultura, la iniciativa busca explorar la viabilidad de establecer plantaciones de yerba mate a gran escala, aprovechando la existencia de árboles autóctonos, particularmente en el norte de la geografía uruguaya.

Carlos Arezo, de la Dirección de Cultura, y Diego Bracco, de la Universidad de la República, anunciaron la charla en una conferencia de prensa el pasado martes, destacando la importancia de estas actividades conjuntas. «Siempre hemos estado en contacto con el profesor Diego Bracco en el marco del relacionamiento de la Universidad de la República y la Dirección General de Educación y Cultura. Ahora habrá un nuevo taller y, por ello, creo que es importante lo que se va a hacer», afirmó Arezo.

La actividad del sábado se centrará en varios aspectos clave. Bracco explicó que la charla abordará la relación de los pueblos originarios con la yerba mate, para lo cual contarán con la presencia del reconocido arqueólogo José López Mazz. Además, el ingeniero agrónomo Raúl Nin, especialista en el cultivo de yerba mate, disertará sobre las posibilidades actuales de plantación, incluso a nivel doméstico.

Una de las preguntas centrales que se buscará responder es si es posible que existan plantaciones de yerba mate en Tacuarembó. La respuesta, según Bracco, es afirmativa. Si bien los costos a nivel industrial podrían ser más altos que en otras regiones donde se cultiva la yerba mate, el ingeniero Raúl Nin ofrecerá su perspectiva sobre la viabilidad de hacerlo a gran escala, manteniendo la calidad. Bracco enfatizó: «Da la impresión de que fuera posible con unos costos a nivel industrial más altos que supone cultivar la yerba mate más al norte, pero es posible hacerlo a gran escala con los cuidados, y generar un producto perfecto perfectamente aceptable y de gran calidad».

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Tacuarembó se Prepara para la 26ª Edición de «Vení a Cantarle a Gardel»

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La capital departamental se alista para recibir una nueva edición de uno de sus eventos culturales más emblemáticos: el certamen Nacional de la Canción y de los Nuevos Talentos “Vení a Cantarle a Gardel”. Organizado por la Intendencia de Tacuarembó en conjunto con la Fundación Carlos Gardel, este año marca la vigésima sexta edición del popular concurso, que promete tres jornadas intensas de música y descubrimiento de talentos.

El evento se desarrollará los días viernes 6, sábado 7 y domingo 8 de junio en la Sala Brocco, con inicio previsto para las 19 horas en cada jornada.

Esta edición contará con la participación de 35 representantes de diversas localidades del país, lo que subraya el carácter nacional del certamen. Artistas de Mercedes, Rivera, Carmelo, Paysandú, San José de Mayo, Las Piedras, Montevideo, y por supuesto, de diferentes puntos de Tacuarembó como San Gregorio de Polanco, Paso de los Toros y Curtina, se darán cita para competir y mostrar su arte.

El director general de Cultura, Carlos Arezo, detalló la distribución de los participantes por género musical: 8 en folclore, 7 en tango, 13 en melódico y 7 en tropical. Esta variedad asegura una propuesta musical diversa y atractiva para el público.

El jurado estará compuesto por figuras de renombre en el ámbito musical y cultural: Ignacio Suárez, en representación de AGADU; Renee de León por AUDEM; Nelson Delgado, reconocido músico y periodista de Radio Rivera; y Ignacio Borad, en representación de la Dirección de Educación y Cultura.

Arezo enfatizó la relevancia del certamen como un trampolín para la difusión de nuevos talentos nacionales. Asimismo, extendió una cordial invitación a toda la comunidad a sumarse a estas tres jornadas, brindando su apoyo y acompañamiento a los artistas, con un especial énfasis en los representantes del propio departamento de Tacuarembó.

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Tacuarembó rindió emotivo homenaje al escritor Agamenón Castrillón en el Día Nacional del Libro

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Fotos: IDT|

En una jornada dedicada a celebrar la riqueza de la literatura nacional, la Intendencia de Tacuarembó conmemoró este lunes 26 de mayo el Día Nacional del Libro con un emotivo homenaje al destacado escritor tacuaremboense Agamenón Castrillón. El evento, que se enmarca dentro de las actividades de la Semana del Libro, tuvo lugar en la Sala Brocco del Centro Cultural Nacional Tacuarembó.

El profesor Santiago Cortés fue el encargado de dirigir el homenaje, destacando la profunda conexión de la obra de Castrillón con la identidad y el sentir de su tierra natal. «Leer a Agamenón es sentir que nos ha tomado de la mano y nos ha trasladado al Local Sopas o al mismo galpón del Varón», expresó Cortés, resaltando la habilidad del autor para plasmar en sus escritos las voces y expresiones propias de sus coterráneos.

Un momento significativo de la jornada fue el descubrimiento de una fotografía de Agamenón Castrillón, que desde ahora formará parte de la prestigiosa Galería del Patrimonio del Centro Cultural. Este gesto busca perpetuar la memoria y el legado del escritor para las futuras generaciones.

Además del homenaje, se llevó a cabo una maratón de lectura en honor a Castrillón, permitiendo a los presentes sumergirse en sus relatos y poemas. La actividad contó con la participación activa de familiares del escritor, estudiantes del Liceo Nº4, la Escuela Nº13 y del Liceo Militar, así como de un público general que se acercó a compartir este tributo.

Cortés también enfatizó la doble vía en la obra de Castrillón, donde el autor recoge primero las voces y giros propios de las oralidades de sus paisanos y los vierte en la escritura para luego volver a verter lo escrito en sonido con la puesta en voz de su obra”. Subrayó la importancia de las lecturas y performances impulsadas y organizadas por el propio escritor, tanto dentro como fuera del país, como una forma de dar vida a sus creaciones.

Biografía del escritor 

Yamandú Agamenón Castrillón nació en la ciudad de Tacuarembó el 7 de octubre de 1954. Era el menor de ocho hijos de un matrimonio oriundo de Carumbé, zona rural del Departamento de Salto. La familia del escritor vivió hasta su infancia en dicho lugar, hasta mudarse a la ciudad de Tacuarembó, en una vivienda entre las calles General Rivera y Olimpia Pintos. Asistió a la Escuela N°2 y luego al Liceo Departamental N°1, donde tuvo como profesores a los escritores Washington Benavides y Circe Maia.

Una vez finalizado el secundario, comenzó a cursar la carrera de Magisterio, opción que dejó por reconocer que no tenía la vocación para la misma. En 1975, ya el país en Dictadura, se va a Montevideo para estudiar el Profesorado de Historia. En esa ciudad, vivió en los barrios; Cordón, Ciudad Vieja, Cerro y por último Soriano. Trabajó durante 40 años en la empresa Estudio Posada e Hijos, donde llegó a encargado de recursos humanos. También estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación y una Tecnicatura en Recursos Humanos. Falleció el 9 de enero de 2021.

Obra literaria

En la década de 1980, Agamenón cofundó la influyente «Revista Uno en la Cultura» junto a Gustavo Wojciechowski y Héctor Bardanca. Este trío, junto con otros poetas, no solo dio vida a la revista, sino que también formó y sostuvo el «Grupo Uno» y su brazo editorial, «Ediciones de Uno». Agamenón dejó un legado literario que incluye títulos como «Perzonas» (1982), «Trece instrucciones y una traición sobre el indio de la Banda Oriental» (1985), galardonado con el Premio de la Cadena en 1989 por «El aviador de la bahía», «Cuentos de El Barón de Carumbé» (2002), que recibió el tercer premio compartido de Narrativa del MEC, y «Costas de la Aldea» (2009), entre otros. Además de su obra escrita, Agamenón incursionó en la composición de letras para canciones, las cuales fueron interpretadas por varios artistas destacados del cancionero popular uruguayo. En 2019, la editorial Yaugurú publicó «Todo asunto», una completa antología que recopila tanto textos ya publicados como aquellos que permanecían inéditos.

«Fue una vida dedicada, en las fronteras de lo posible, a la escritura. Tuvo sus momentos de nativismo pop, de concretismo costero, de provocación urbana con intermitencias performáticas», escribe Roberto  López Belloso para La Diaria en 2021, recordando la figura y obra del escritor ahora homenajeado.

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