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Opinión y análisis

LA LUC DESAPASIONADA

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Por Cley Espinosa.

El padre del Presidente de la República suele decir que el primer año de gobierno es un año de oro, el segundo de plata, y así sucesivamente van perdiendo valor, hasta el fin del período, queriendo ilustrar que conviene aprovechar para concretar logros en los primeros años, porque hacia el final del período se hace más difícil, por la propia dinámica de la política. En este sentido, Luis Lacalle Pou, sabedor de haber ganado la elección con una coalición de cinco partidos políticos –con la vulnerabilidad que esto puede implicar-, se puso como objetivo conseguir que se apruebe el Presupuesto Nacional y una Ley de Urgente Consideración, en la que prácticamente incluyó a todo su plan de gobierno. En un momento donde lo único urgente era la pandemia, hizo a su coalición sancionar una ley de 476 artículos en la que prácticamente nada es urgente. El Poder Judicial no cumplió debidamente su función de controlar a los otros Poderes, no declarando la inconstitucionalidad de una ley que claramente lo es, en razón de que no tiene materia urgente. Esto es un pésimo precedente, ya que en el futuro cualquier gobierno entrante podrá asegurar su programa de gobierno en una única ley de urgente consideración, aprovechando lo que se conoce como luna de miel de los gobiernos con las mayorías. En consecuencia, el conflicto lo resolverá la ciudadanía este 27 de marzo de 2022.

Resulta difícil que uno esté a favor o en contra de 135 o 476 artículos de una ley cualquiera. Más difícil aun si se trata de una ley que refiere a temáticas muy diversas. Lo normal es que uno comulgue con algunas cuestiones y con otras no. Pero, a la hora de votar solamente hay dos opciones: Sí o No a 135 artículos de una ley de 476. Por lo tanto es cuestión de ponderar en conjunto, y ver qué cosas nos pesan más en uno u otro caso.

No hay en dicha ley cambios institucionales ni estructurales de magnitud: un cambio en la gobernanza de la educación, que no me resulta simpático, o la instrumentación de una regla fiscal, que podría ser atendible. Por lo menos, es real que debía abatirse el déficit fiscal. Se discute con fervor respecto de derechos de dudosa existencia, al menos, derechos de los que uno nunca había escuchado hablar, como el derecho a llevar un número telefónico, o el derecho a cobrar el salario en un cajero automático. No parecen temas para rasgarse las vestiduras. La fijación del precio de los combustibles (si cada un mes, dos o tres) es una cuestión de gestión

No veo mal la creación de un tipo de arrendamiento para personas que no tienen garantías. Me parece una buena idea. Lo que no me parece bien es su formulación, ya que los plazos son excesivamente cortos, y prevé algunos derechos para los propietarios que no corresponden, como el derecho a ingresar a la finca arrendada a inspeccionar. Es un producto de mala calidad, elaborado para pobres. Entiendo que se debería mejorar ese producto, de lo contrario no se va a aplicar, nadie lo va a utilizar, aunque se aprobare la LUC.

Finalmente, lo que –al menos en mi caso- como persona de izquierdas, me resulta más difícil de tolerar, y que me conducen indudablemente a votar por el Sí, son estas cuestiones: las normas restrictivas de la redención de pena por trabajo u estudio, o de la libertad anticipada, para los delitos de narcotráfico (que en su mayoría son de narco menudeo), tornarán imposible la rehabilitación de los reclusos más rehabilitables. La legítima defensa quedó excesivamente amplia, y va a morir gente de forma innecesaria. La ocupación es imprescindible como manifestación del derecho de huelga en el sector privado, porque en ocasiones es la única garantía que tiene el trabajador de cobrar sus adeudos. Los colonos deben acceder a la tierra por necesitarlo, deben trabajarla, y deben vivir en sus predios. Disponer lo contrario es favorecer a los ricos.

En general no comparto el espíritu de la ley, y eso es esperable, porque no fue el programa de gobierno que voté, pero entiendo que fue lo que el pueblo votó, y si alguien me hubiera preguntado –tiempo atrás- si impugnarla o no, estaría de acuerdo con haberla impugnado completamente de inconstitucionalidad, pero no en sus contenidos a través de un referendum, precisamente por respetar el programa que la gente votó. De la misma manera digo que el pueblo votó contra la reforma Vivir sin Miedo, y sin embargo se pusieron en esta ley -de coladas- algunas disposiciones sobre las que el pueblo ya se había pronunciado negativamente.

Lo bueno es eso, que en última instancia, decidirá la ciudadanía, y el 28 de marzo a bajar las pasiones, y convivir en paz con nuestras diferencias.

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Opinión y análisis

Jeremy Rifkin| “La vida a la velocidad de la luz”

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“Quizá debamos preguntarnos qué tipo de conexiones cuentan realmente y qué tipos de accesos importan verdaderamente en la era de la economía electrónica”

Jeremy Rifkin – “La vida a la velocidad de la luz”

El Vertiginoso Ritmo Tecnológico: Entre la Saturación y la Inquietud»

¿Qué lugar tiene lo humano en un mundo inundado de rápidos progresos tecnológicos?

Por Pablo Lemos

Vivimos en una fantástica era de muchos cambios rápidos y vertiginosos como nunca antes se había visto en tan poco tiempo. Internet revolucionó por completo al mundo, y cambió para siempre nuestra forma de trabajar y de comunicarnos. Cada año sale un nuevo teléfono celular con mayores capacidades para realizar múltiples tipos de actividades en simultáneo. El sociólogo y economista Jeremy Riffkin escribió un artículo llamado: “a la vida a la velocidad de la luz”, nos invita a reflexionar hacia dónde es que nos dirigimos como humanidad, al vivir persiguiendo la cultura de lo instantáneo. Hoy lo que prima es la inmediatez, un ordenador PC o dispositivo móvil es potente en tanto y en cuanto sea capaz de realizar muchas actividades sin el menor pestañeo posible y con la habilidad de mover grandes capacidades de información sin que por ello “vacile ” ni siquiera un poco. Ni nos haga tener que esperar, porque eso nos irrita con mucha facilidad. Si trastabilla un segundo ya decimos que necesita un recambio, porque el ritmo ya no es el mismo y nuestras responsabilidades actuales demandan la subida y bajada de grandes cantidades de contenido a nivel constante. Queremos todo en un “microsegundo”.

Los dispositivos se han vuelto parte de nuestra vida de tal manera que prácticamente forman “parte” de nuestro propio cuerpo. La adicción constante a la información de último minuto, a saber cada momento lo que pasa en el mundo, es lo que nos ha tenido encadenados largas horas tras la pantalla, y llega a tal punto de que es preferible perder los lentes, o cualquier otra cosa antes que el teléfono. Y lo peor de todo es que cada vez guardamos mayor información de importancia en ellos, y eso nos obliga a estar más pendientes de los mismos. Recuerdo una ocasión en la que olvidé mi celular en mi trabajo por 24 horas, y la sensación de desconexión fué desesperante, prácticamente sentía que no existía, que estaba por fuera del mundo y que me iba perder de algo importante. Hay una sensación “fantasma” que es muy angustiante, como si te faltara una parte de tu cuerpo, (síndrome del miembro fantasma). Esa sensación en la que uno siente que alguna noticia, algún llamado o algún mensaje importante se lo va perder. Hasta que entendí que si realmente iba a surgir algo urgente y necesario, de algún modo me iba a enterar y que el mundo había sido siempre mundo aún desde antes de las ventajas tecnológicas que tanto disfrutamos hoy.

Estas maravillas de la tecnología traen sin dudas muchísimas ventajas, no pretendo en absoluto condenar los avances, ni estoy en las antípodas, ni tampoco pienso que todo ha sido necesariamente malo y que por ello hay que descartarlo todo ni mucho menos, no podemos vivir en el pasado. El punto es que hay que saber utilizar las herramientas del presente para construir mirando siempre hacia el futuro. La vía de este análisis no va por el camino del dramatismo ni tampoco del alarmismo, sino que la idea es la de provocar una actitud de sospecha ante algo que se nos vende como la necesidad del último momento. ¿Qué tanto de lo que surge, realmente necesito? Es interesante que veamos una vez más la importancia de esta actividad reflexiva como una práctica necesaria y netamente humana para generar la inquietud, la incomodidad y la reflexión con todo aquello de lo que estamos convencidos de que es obvio y que damos por sentado que está bien, porque si hay algo que es fundamental a tener en claro es que la filosofía molesta.

Muy conectados pero; ¿Libres o esclavizados?

La filosofía nos incomoda , es un saber que si se lo permitimos tiene esa capacidad de causar una molestia que da impulso para la búsqueda de nuevas respuestas, hace que podamos movernos, bien sea para refutar, concordar o profundizar, pero si algo es seguro, es que ya no veremos las cosas del mismo modo. Como buenos provocadores que somos en filosofía y sin ánimo de exagerar, debo decir también que hay algunos datos que podemos obtener hoy que más que inquietar pueden llegar a asustar, si seguimos avanzando a pasos tan agigantados, ¿que será del trabajo para la gente en los próximos 10 o 15 años? Los roles laborales están cambiando mucho, y eso genera una enorme preocupación, por dar un ejemplo, desde hace poco más de tres años, en un supermercado muy conocido de la ciudad, la mitad de los cajeros ya han sido automatizados. No precisan de las personas de la misma manera que lo veníamos haciendo en la forma tradicional. Su atractivo de inversión es enorme para los empresarios, porque no se cansan, no se enferman, no faltan, no piden aumentos, no protestan, ni hacen paros, no se pelean con otros, ni termina siendo eso un factor de bajo desempeño, etc. En cambio los humanos tenemos todos estos problemas y ambivalencias. Y esto ya es una realidad que supone replantear todos los ámbitos profesionales, entonces ¿Cuál será nuestro lugar en un mundo tan cambiante? ¿cuál será aquella actividad que mejor nos define y que nos hace esencialmente humanos en una realidad cada vez más sofisticada y precisa? Hoy las inteligencias artificiales hacen lo que solíamos hacer nosotros, replican a la inteligencia humana cada vez mejor, y logran hacer más razonamientos semejantes a los nuestros. No es nuevo decir que el rol de maestro, del periodista, del camarógrafo, etc, también ha cambiado…, y que necesita re pensarse. Pese al enorme progreso, Rifkin nos advierte que todo este avance positivo trajo aparejado otras costosas consecuencias de salud no previstas, tales como el estrés, trastornos de la ansiedad, jaquecas, también problemas de deterioro anticipado de la vista, por el uso excesivo de pantallas a temprana edad como es en el caso de los niños, la adicción al dispositivo y el consumo y producciones desmedidas en las industrias de última generación, encienden algunas luces de advertencia que Rfikin nos llama a saber analizar. Lo que nos plantea tiene el merecimiento de ser sometido a un profundo análisis que nos involucra como ciudadanos hoy y como sociedad del futuro en este país.

Bibliografía

(Rifkin, Jeremy : Editorial Paidós 2000 – “La vida a la velocidad de la luz”)

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Opinión y análisis

Horóscopos

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Por Mario Fagúndez: Texto y Foto|

A mucha gente le interesa saber su horóscopo. La astrología, la adivinación, la quiromancia, son ciencias que han acompañado a la humanidad por milenios. Alguien, hace muuchos años atrás, se imaginó que cierta combinación de estrellas en el cielo nocturno representaba la forma de un León. Al lado de él imaginó la figura de una mujer joven (una virgen) y terminó estableciendo un calendario que era muy útil: Se podía predecir los tiempos de las cosechas y la subida del nivel de las aguas, observando la aparición de ciertos astros en el cielo.

En la línea imaginaria que trazan el sol y la luna, a lo largo del año, van coincidiendo con las distintas figuras del fondo. Como la luna está más cerca, va coincidiendo a lo largo del día. Como el sol está más lejos, coincide a lo largo de un año.

El prestigio que les dio a quienes se dedicaban a la tarea de observar astros se les subió a la cabeza y terminaron inventando historias acerca del firmamento. Imaginaron que alguien nacido cuando el sol coincidía con la forma del león en el cielo era valeroso, aguerrido, y con temperamento para el liderazgo. Los nacidos bajo la combinación de sol y la virgen eran leales, pensativos, melancólicos y hogareños. Porque es bien sabido que: Como es arriba es abajo. ¿Quién lo sabe?: los encargados de observar las estrellas, por supuesto.

El problema comenzó cuando a otro alguien se le ocurrió atribuir arbitrariamente a cada uno de los signos la misma duración en días. Además de ello expulsó a uno de sus integrantes: Ofiuco. Esa división carece de sentido lógico. Convengamos que tampoco lo tienen las constelaciones, pero llegado el caso, a la hora de imaginar las características de las personas, eso incide mucho. 

La ciencia tiene un método, el método científico, basado en proponer un enunciado, realizar diversas pruebas, comprobar si el enunciado tiene o no fundamento empírico, y luego contrastar con los pares los descubrimientos. Una ciencia determinada va creciendo con los aportes de quienes la investigan. En la astrología no existe tal crecimiento, hay un estancamiento de tres mil años basado en un dogma. 

Volvamos a las características atribuidas a cada signo: Imaginen a los Leoninos: tan ególatras y vanidosos, los Sagitarios: tan viajeros, los de Tauro: tan de mirar netflix y comer en la cama.

Pero, supongan que no es en realidad el signo que les corresponde. Imaginen alguien que nació con el sol en Leo pero fue anotado en su carta natal como virginiano. Imaginen el potencial perdido, si esa persona tuviera cualidades para el liderazgo pero nunca lo desarrolló porque los virginianos se suponen que son analíticos, fríos y poco dados a las multitudes.
Ya es bastante difícil esta vida como para que encima andes por ella con un signo zodiacal errado.

Yo propongo que si vamos a seguir la astrología le agreguemos la máxima cantidad posible de ciencia y hagamos las cosas correctamente, basta de Geminianos que se crean de Cáncer o un Capricornio que se crea de Acuario. Hagamos congresos de astrología, censos, propongamos tesis o hagamos una encuesta para saber qué signo es el más infiel. Además de eso debemos atribuirle características a los nacidos bajo Ofiuco, ese gran desconocido que flota entre Escorpio y Sagitario. ¿Era Ofiuco un buen amante, le gustaba viajar, se peleaba con el vecino por la fecha de plantación de habas? No lo sabemos, alguien, un burócrata amante del orden (seguramente un Capricorniano) le cortó a los de Ofiuco la posibilidad de tener su identidad.

Basta de compartir memes errados, basta de justificar sus torpezas con signos que no corresponden. Inventate nuevos defectos, probá nuevas formas de jorobarte la vida. Quizá lo que estoy haciendo es típico de un virginiano resentido, pero a mí me gusta desconfiar y marcar tendencia, justo lo que haría un Leonino…

BONUS: estas serían las fechas reales de cada signo:

Sagitario: del 17 de diciembre al 20 de enero (antes 23 de noviembre al 22 de diciembre).
Capricornio: del 20 de enero al 16 de febrero (antes 23 de diciembre al 21 de enero).
Acuario: del 16 de febrero al 11 de marzo (antes 22 de enero a 20 de febrero).
Piscis: del 11 de marzo al 18 de abril (antes 21 de febrero al 19 de marzo).
Aries: del 18 de abril al 13 de mayo (antes 20 de marzo al 20 de abril).
Tauro: del 13 de mayo al 21 de junio (antes 21 de abril al 21 de mayo).
Géminis: del 21 de junio al 20 de julio (antes 22 de mayo a 22 de junio).
Cáncer: del 20 de julio al 10 de agosto (antes 23 de junio al 22 de julio)
Leo: del 10 de agosto al 16 de septiembre (antes 23 de julio al 22 de agosto).
Virgo: del 16 de septiembre al 30 de octubre (antes 23 de agosto al 22 de septiembre).
Libra: del 30 de octubre a 23 de noviembre (antes 23 de septiembre a 22 de octubre).
Escorpio: 23 de noviembre al 29 de noviembre (antes 23 de octubre a 22 de noviembre).
Ofiuco: del 29 de noviembre al 17 de diciembre (antes no incluido en el Zodiaco).BONUS 2: Recomiendo para observar las constelaciones usar la aplicación STARWALK2. La versión gratis es muy completa.

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El cantor más hermoso del mundo

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Por Santiago Cortés|

El último 24 de junio se descubrió en nuestra ciudad otro monumento a Gardel, obra del escultor Amado Chiain, ya fallecido, y donada muy gentilmente por su hija. Y escribo “otro” pues este monumento se suma – si la memoria no me traiciona – a los que en el siglo pasado se inauguraron en la entonces principal entrada a la ciudad, Pablo Ríos y ruta 5 –y al destruido “Gardelazo” de Batoví, obra de Aroxta.

La ciudad vuelve cada año, a veces en Junio , cuando murió, a veces en diciembre, cuando nació, en forma casi aluvional a recordar, revivir y con ello resignificar el mito gardeliano y su ídolo, o mejor: nuestro ídolo.

Más allá de la controversia, base fundante de todo mito y condición indispensable de todo ídolo, Carlos Gardel vuelve al menos dos veces al año a aparecer en nuestra conciencia. Gardel era el apellido con el cual se dio a conocer como cantor, aunque no se conoce con veracidad su apellido. Sin embargo, de tanto ver su sonrisa perfecta bajo su gacho, muchas generaciones nos acostumbramos a creer que esa cara no puede ser de alguien que no se llame Gardel.

Algo similar ocurre con Esteban, el ahogado que unos niños encontraron mientras jugaban en una playa del Caribe, según el cuento “El ahogado más hermoso del mundo” del colombiano Gabriel García Márquez. En el pueblo nadie sabía su nombre pero tampoco importaba: Luego del proceso de enamoramiento del cadáver tras limpiarlo de los estragos del mar, la más vieja de las mujeres de aquel pueblo “que por ser la más vieja había contemplado al muerto con menos pasión que compasión” afirma categóricamente: – Tiene cara de llamarse Esteban”.

Eso ocurre durante la noche, mientras las mujeres velan a Esteban y los hombres han ido por los otros pueblos (¿Buenos Aires? ¿Toulouse?) a corroborar si en alguno de ellos falta un hombre, para volver al amanecer con la comprobación casi matemática de que todos estaban completos y por lo tanto Esteban (¿Gardel?) era uno de ellos.

-¡Bendito sea Dios – suspiraron: – Es nuestro!

Después viene la construcción del mito de Esteban, y con él la de su árbol genealógico: Le adjudicaron un padre y una madre (que no eran Carlos Escayola ni Lelia Oliva, por cierto), todos acabaron siendo sus parientes (y acá no estaba Irineo Leguisamo, seguramente), y por eso todos parientes entre sí. La aparición de Esteban obra el milagro de hermanar a los habitantes del pueblo y éste se convierte en una gran familia. La pequeña aldea de pescadores enclavada en los acantilados de la costa caribeña, aburrida población donde nunca sucedía nada que fuera de contar, tenía ahora merced al destino, un ídolo que lo aglutinaba, antropológica necesidad de toda sociedad. Hay un antes y un después en la historia del pueblo con la aparición de aquel hombre muerto que nadie sabía dónde había nacido ni cómo se llamaba aunque tampoco importara. El pueblo había resuelto adoptarlo como suyo. Adoptarlo y adorarlo.

¿Y por casa cómo andamos? Todos los meses de Junio, luego de la efeméride a que obliga el recuerdo de la muerte de Carlos Gardel, también nosotros lo soltamos “sin anclas, para que volviera si quería y cuantas veces quisiera”, tal vez en diciembre, tal vez el próximo 24 de junio. Pero nos encargamos de cuidar que nuestra ciudad – pueblo evidencie ante todos los que pasan que éste, y no otro, es el pueblo de Gardel.

Es que los pueblos necesitan construir mitos para construirse a sí mismos. Mitos que deben ser discutidos permanentemente, pues si algún día dejara de tener razón de ser la controversia, también dejaría de tenerla el mito, y si ello sucediera ya no sería necesario.

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