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Opinión y análisis

La sociedad de la nieve : El milagro y la tragedia 

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Por Pablo Lemos Valerde 

La historia del accidente aéreo de los andes de 1972 es revivida nuevamente en una cinta cinematográfica estrenada los primeros días de enero del corriente año a cargo del director español Juan Antonio Bayona. Se convirtió rápidamente en la película más vista en la plataforma de Netflix con 250 millones de reproducciones y generando un fuerte impacto a lo largo y ancho de todo el mundo. 

Las reacciones de los usuarios e internautas de todas las regiones y lenguas han sido muy diversas y no se han hecho esperar, manifestando un nudo en la garganta generalizado junto con conmovedoras reflexiones detrás. El filme es muy inmersivo, logra poner al espectador dentro del fuselaje del avión Fairchild, 571, un Chárter de la Fuerza Aérea uruguaya donde se desenvuelve una de las experiencias de sobrevivencia extrema más impresionantes que se hayan contado en el siglo pasado. 

Y no sólo eso sino que logra también plasmar la historia de un grupo humano luchando por la supervivencia desde la unión y los valores tales como la empatía, la compasión, el altruismo y la resiliencia. 

Esta es una de esas historias que merecen ser mil veces contadas, que contiene lo trágico, lo milagroso, lo posible, e incluso lo imposible. Un relato donde el destino juega sus cartas y donde los seres humanos ponen en juego las suyas, tal como lo dice el propio Carlitos Paez hijo : “al no, le dijimos que sí”. 

Pero más allá de los acontecimientos, se perpetúa a través del tiempo un mensaje esperanzador que nos sirve para bajar a tierra,y poner en perspectiva nuestras dificultades cotidianas y recobrar la confianza en que lo imposible pueda llegar a ocurrir. A lo largo de los años, los supervivientes han sido invitados a través de todo el globo para dar charlas, palabras de aliento, responder preguntas, conferencias y entrevistas acerca de aquel singular acontecimiento. La sociedad de la nieve ha sido nominada como mejor película internacional y anunciada el martes pasado a los reconocimientos de premios Oscar en Estados Unidos, de entre otras cinco que compiten en esa categoría. 

Sin lugar a dudas es un filme movilizador que despierta la confianza y la fe en lo impensado. Es capaz de interpelar nuestro aspecto más débil mostrándonos lo insignificante que somos ante el poder de la naturaleza, pero a su vez mostrando la grandeza de la fuerza del espíritu humano ante la inmensidad de las “cordilleras de la vida”.

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1 Comentario

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  1. Agustín

    13/02/2024 en 13:27

    Excelente nota, ese acontecimiento es impactante y muy interesante, he visto muchas horas de entrevistas, conferencias y podcast que hay en Internet con los sobrevivientes.
    La anterior película «viven» me gusta mucho, pero a palabras de los sobrevivientes, no cuenta todo, es imposible que esta actual si cuente todo, porque cada quien vivió su propia historia y cada pasajero la contaría diferente, pero lo que también dicen los sobrevivientes es que esta muchísimo más apegada a la realidad esta actual que la anterior.
    La verdad, yo la empecé a ver y los primeros minutos no me atraparon, en realidad me aburrieron, y la quite a los 10 o 15 minutos, tal vez ese día simplemente tenía sueño, pero intentaré verla esta semana y seguro me gustará mucho como todo lo relacionado con este épico acontecimiento.
    Saludos y gracias por esta columna.

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Opinión y análisis

El problema de las drogas

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Por Cley Espinosa|

En la infame entrevista al narcotraficante se le ha preguntado si está de acuerdo con la legalización de las drogas. Obviamente contestó que está en contra, en primer lugar porque es la respuesta políticamente correcta que se puede esperar de tan ejemplar padre de familia, pero en segundo lugar, y principalmente, porque la legalización del mercado de las drogas significaría el fin del narcotráfico, de su negocio.

El liberal libertario electo Presidente de los argentinos, si realmente lo es, debería «liberalizar» el mercado de las drogas. En algún momento se le preguntó al respecto, y si bien considera que el Estado no debe intervenir en su control y prohibición, consecuente con sus ideas expresó, que quien se drogue que se las arregle por sí mismo, negándose a cualquier intervención del Estado de Bienestar para cuidar la salud de los adictos. Me atrevo a decir, que no liberalizará dicho mercado, ni tampoco se dejará de atender adictos, y que a lo sumo incrementará la represión.

El fundamento ético para prohibir el acceso legal a las drogas, es que el consumo de las mismas podría aumentar, y que esto afectaría la salud y vida de muchas personas. Es un argumento débil, ya que esto igualmente sucede, y con sustancias de peor calidad, generando un mercado negro que genera violencia social, marginación, y en términos económicos mucho gasto en seguridad pública. Ni hablar de las vidas de policías en dicho combate, las vidas de muchachos asesinados por ajustes de cuentas propios del narcomenudeo. Por otra parte, hay muchas sustancias y productos que se venden legalmente, en farmacias, veterinarias, etc., que pueden poner en riesgo la salud y vida de los consumidores.

El dinero que se dilapida en la guerra perdida contra el narcotráfico, podría invertirse en educación para evitar el consumo, y en salud para tratar a los adictos. Nos ahorraríamos no solo el aumento de la violencia, homicidios, ajustes de cuentas, sino la corrupción de nuestras instituciones y el sistema democrático. Igualmente, es prácticamente imposible para un país –más allá de su supuesta soberanía- adoptar una decisión radical como esa, ya que ese constructo de prohibir el mercado de las drogas, es una forma que tiene el imperialismo de sojuzgar a los países del mundo.

La otra dimensión, igual o más preocupante, es el estrago que la droga hace en la historia de vida del adicto, y el tratamiento despreocupado e irresponsable que como sociedad le otorgamos a esta clase de enfermos. En primer lugar, es indiscutible que un adicto desde el punto de vista científico es una persona con una enfermedad psiquiátrica, o psicoemocional. Los adictos, y en buena medida también los enfermos mentales, son los únicos enfermos a los que dejamos vivir en situación de calle (tratamientos ambulatorios, decimos eufemísticamente), condenamos a la mendicidad, a la cárcel, o al cementerio. Son los enfermos que no cuidamos. Son como los leprosos de otras épocas, pero sin leprosarios.

Las drogas se consumen y han consumido en todas las culturas y civilizaciones, pero solamente en nuestro tipo civilizatorio se convierten en adicciones y sus usuarios terminan en la marginación. Los indios de todas partes se drogan, pero no se marginan, ni tienen problemas graves con la adicción, porque lo hacen el marco de una ritualidad y una cosmovisión que los ampara en el vivir.

En nuestra realidad actual, el problema de las drogas, el verdadero problema de las drogas, es la falta del sentido de vivir, es el desamparo y la desesperanza, la falta de una mitología, una cosmovisión, y un grupo humano que no solo nos cobije, sino que además nos demuestre y convenza de que somos únicos y especiales, que somos queridos, que somos necesarios, una parte inescindible del grupo. Este es el trabajo de la cultura en el amplio sentido (antropológico), los deportes, las espiritualidades, las escatologías, y muy especialmente las artes.

|De Revista La Estrella de Tacuarembó. Cel: 094 193 122|
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Opinión y análisis

Jeremy Rifkin| “La vida a la velocidad de la luz”

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“Quizá debamos preguntarnos qué tipo de conexiones cuentan realmente y qué tipos de accesos importan verdaderamente en la era de la economía electrónica”

Jeremy Rifkin – “La vida a la velocidad de la luz”

El Vertiginoso Ritmo Tecnológico: Entre la Saturación y la Inquietud»

¿Qué lugar tiene lo humano en un mundo inundado de rápidos progresos tecnológicos?

Por Pablo Lemos

Vivimos en una fantástica era de muchos cambios rápidos y vertiginosos como nunca antes se había visto en tan poco tiempo. Internet revolucionó por completo al mundo, y cambió para siempre nuestra forma de trabajar y de comunicarnos. Cada año sale un nuevo teléfono celular con mayores capacidades para realizar múltiples tipos de actividades en simultáneo. El sociólogo y economista Jeremy Riffkin escribió un artículo llamado: “a la vida a la velocidad de la luz”, nos invita a reflexionar hacia dónde es que nos dirigimos como humanidad, al vivir persiguiendo la cultura de lo instantáneo. Hoy lo que prima es la inmediatez, un ordenador PC o dispositivo móvil es potente en tanto y en cuanto sea capaz de realizar muchas actividades sin el menor pestañeo posible y con la habilidad de mover grandes capacidades de información sin que por ello “vacile ” ni siquiera un poco. Ni nos haga tener que esperar, porque eso nos irrita con mucha facilidad. Si trastabilla un segundo ya decimos que necesita un recambio, porque el ritmo ya no es el mismo y nuestras responsabilidades actuales demandan la subida y bajada de grandes cantidades de contenido a nivel constante. Queremos todo en un “microsegundo”.

Los dispositivos se han vuelto parte de nuestra vida de tal manera que prácticamente forman “parte” de nuestro propio cuerpo. La adicción constante a la información de último minuto, a saber cada momento lo que pasa en el mundo, es lo que nos ha tenido encadenados largas horas tras la pantalla, y llega a tal punto de que es preferible perder los lentes, o cualquier otra cosa antes que el teléfono. Y lo peor de todo es que cada vez guardamos mayor información de importancia en ellos, y eso nos obliga a estar más pendientes de los mismos. Recuerdo una ocasión en la que olvidé mi celular en mi trabajo por 24 horas, y la sensación de desconexión fué desesperante, prácticamente sentía que no existía, que estaba por fuera del mundo y que me iba perder de algo importante. Hay una sensación “fantasma” que es muy angustiante, como si te faltara una parte de tu cuerpo, (síndrome del miembro fantasma). Esa sensación en la que uno siente que alguna noticia, algún llamado o algún mensaje importante se lo va perder. Hasta que entendí que si realmente iba a surgir algo urgente y necesario, de algún modo me iba a enterar y que el mundo había sido siempre mundo aún desde antes de las ventajas tecnológicas que tanto disfrutamos hoy.

Estas maravillas de la tecnología traen sin dudas muchísimas ventajas, no pretendo en absoluto condenar los avances, ni estoy en las antípodas, ni tampoco pienso que todo ha sido necesariamente malo y que por ello hay que descartarlo todo ni mucho menos, no podemos vivir en el pasado. El punto es que hay que saber utilizar las herramientas del presente para construir mirando siempre hacia el futuro. La vía de este análisis no va por el camino del dramatismo ni tampoco del alarmismo, sino que la idea es la de provocar una actitud de sospecha ante algo que se nos vende como la necesidad del último momento. ¿Qué tanto de lo que surge, realmente necesito? Es interesante que veamos una vez más la importancia de esta actividad reflexiva como una práctica necesaria y netamente humana para generar la inquietud, la incomodidad y la reflexión con todo aquello de lo que estamos convencidos de que es obvio y que damos por sentado que está bien, porque si hay algo que es fundamental a tener en claro es que la filosofía molesta.

Muy conectados pero; ¿Libres o esclavizados?

La filosofía nos incomoda , es un saber que si se lo permitimos tiene esa capacidad de causar una molestia que da impulso para la búsqueda de nuevas respuestas, hace que podamos movernos, bien sea para refutar, concordar o profundizar, pero si algo es seguro, es que ya no veremos las cosas del mismo modo. Como buenos provocadores que somos en filosofía y sin ánimo de exagerar, debo decir también que hay algunos datos que podemos obtener hoy que más que inquietar pueden llegar a asustar, si seguimos avanzando a pasos tan agigantados, ¿que será del trabajo para la gente en los próximos 10 o 15 años? Los roles laborales están cambiando mucho, y eso genera una enorme preocupación, por dar un ejemplo, desde hace poco más de tres años, en un supermercado muy conocido de la ciudad, la mitad de los cajeros ya han sido automatizados. No precisan de las personas de la misma manera que lo veníamos haciendo en la forma tradicional. Su atractivo de inversión es enorme para los empresarios, porque no se cansan, no se enferman, no faltan, no piden aumentos, no protestan, ni hacen paros, no se pelean con otros, ni termina siendo eso un factor de bajo desempeño, etc. En cambio los humanos tenemos todos estos problemas y ambivalencias. Y esto ya es una realidad que supone replantear todos los ámbitos profesionales, entonces ¿Cuál será nuestro lugar en un mundo tan cambiante? ¿cuál será aquella actividad que mejor nos define y que nos hace esencialmente humanos en una realidad cada vez más sofisticada y precisa? Hoy las inteligencias artificiales hacen lo que solíamos hacer nosotros, replican a la inteligencia humana cada vez mejor, y logran hacer más razonamientos semejantes a los nuestros. No es nuevo decir que el rol de maestro, del periodista, del camarógrafo, etc, también ha cambiado…, y que necesita re pensarse. Pese al enorme progreso, Rifkin nos advierte que todo este avance positivo trajo aparejado otras costosas consecuencias de salud no previstas, tales como el estrés, trastornos de la ansiedad, jaquecas, también problemas de deterioro anticipado de la vista, por el uso excesivo de pantallas a temprana edad como es en el caso de los niños, la adicción al dispositivo y el consumo y producciones desmedidas en las industrias de última generación, encienden algunas luces de advertencia que Rfikin nos llama a saber analizar. Lo que nos plantea tiene el merecimiento de ser sometido a un profundo análisis que nos involucra como ciudadanos hoy y como sociedad del futuro en este país.

Bibliografía

(Rifkin, Jeremy : Editorial Paidós 2000 – “La vida a la velocidad de la luz”)

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Opinión y análisis

Horóscopos

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Por Mario Fagúndez: Texto y Foto|

A mucha gente le interesa saber su horóscopo. La astrología, la adivinación, la quiromancia, son ciencias que han acompañado a la humanidad por milenios. Alguien, hace muuchos años atrás, se imaginó que cierta combinación de estrellas en el cielo nocturno representaba la forma de un León. Al lado de él imaginó la figura de una mujer joven (una virgen) y terminó estableciendo un calendario que era muy útil: Se podía predecir los tiempos de las cosechas y la subida del nivel de las aguas, observando la aparición de ciertos astros en el cielo.

En la línea imaginaria que trazan el sol y la luna, a lo largo del año, van coincidiendo con las distintas figuras del fondo. Como la luna está más cerca, va coincidiendo a lo largo del día. Como el sol está más lejos, coincide a lo largo de un año.

El prestigio que les dio a quienes se dedicaban a la tarea de observar astros se les subió a la cabeza y terminaron inventando historias acerca del firmamento. Imaginaron que alguien nacido cuando el sol coincidía con la forma del león en el cielo era valeroso, aguerrido, y con temperamento para el liderazgo. Los nacidos bajo la combinación de sol y la virgen eran leales, pensativos, melancólicos y hogareños. Porque es bien sabido que: Como es arriba es abajo. ¿Quién lo sabe?: los encargados de observar las estrellas, por supuesto.

El problema comenzó cuando a otro alguien se le ocurrió atribuir arbitrariamente a cada uno de los signos la misma duración en días. Además de ello expulsó a uno de sus integrantes: Ofiuco. Esa división carece de sentido lógico. Convengamos que tampoco lo tienen las constelaciones, pero llegado el caso, a la hora de imaginar las características de las personas, eso incide mucho. 

La ciencia tiene un método, el método científico, basado en proponer un enunciado, realizar diversas pruebas, comprobar si el enunciado tiene o no fundamento empírico, y luego contrastar con los pares los descubrimientos. Una ciencia determinada va creciendo con los aportes de quienes la investigan. En la astrología no existe tal crecimiento, hay un estancamiento de tres mil años basado en un dogma. 

Volvamos a las características atribuidas a cada signo: Imaginen a los Leoninos: tan ególatras y vanidosos, los Sagitarios: tan viajeros, los de Tauro: tan de mirar netflix y comer en la cama.

Pero, supongan que no es en realidad el signo que les corresponde. Imaginen alguien que nació con el sol en Leo pero fue anotado en su carta natal como virginiano. Imaginen el potencial perdido, si esa persona tuviera cualidades para el liderazgo pero nunca lo desarrolló porque los virginianos se suponen que son analíticos, fríos y poco dados a las multitudes.
Ya es bastante difícil esta vida como para que encima andes por ella con un signo zodiacal errado.

Yo propongo que si vamos a seguir la astrología le agreguemos la máxima cantidad posible de ciencia y hagamos las cosas correctamente, basta de Geminianos que se crean de Cáncer o un Capricornio que se crea de Acuario. Hagamos congresos de astrología, censos, propongamos tesis o hagamos una encuesta para saber qué signo es el más infiel. Además de eso debemos atribuirle características a los nacidos bajo Ofiuco, ese gran desconocido que flota entre Escorpio y Sagitario. ¿Era Ofiuco un buen amante, le gustaba viajar, se peleaba con el vecino por la fecha de plantación de habas? No lo sabemos, alguien, un burócrata amante del orden (seguramente un Capricorniano) le cortó a los de Ofiuco la posibilidad de tener su identidad.

Basta de compartir memes errados, basta de justificar sus torpezas con signos que no corresponden. Inventate nuevos defectos, probá nuevas formas de jorobarte la vida. Quizá lo que estoy haciendo es típico de un virginiano resentido, pero a mí me gusta desconfiar y marcar tendencia, justo lo que haría un Leonino…

BONUS: estas serían las fechas reales de cada signo:

Sagitario: del 17 de diciembre al 20 de enero (antes 23 de noviembre al 22 de diciembre).
Capricornio: del 20 de enero al 16 de febrero (antes 23 de diciembre al 21 de enero).
Acuario: del 16 de febrero al 11 de marzo (antes 22 de enero a 20 de febrero).
Piscis: del 11 de marzo al 18 de abril (antes 21 de febrero al 19 de marzo).
Aries: del 18 de abril al 13 de mayo (antes 20 de marzo al 20 de abril).
Tauro: del 13 de mayo al 21 de junio (antes 21 de abril al 21 de mayo).
Géminis: del 21 de junio al 20 de julio (antes 22 de mayo a 22 de junio).
Cáncer: del 20 de julio al 10 de agosto (antes 23 de junio al 22 de julio)
Leo: del 10 de agosto al 16 de septiembre (antes 23 de julio al 22 de agosto).
Virgo: del 16 de septiembre al 30 de octubre (antes 23 de agosto al 22 de septiembre).
Libra: del 30 de octubre a 23 de noviembre (antes 23 de septiembre a 22 de octubre).
Escorpio: 23 de noviembre al 29 de noviembre (antes 23 de octubre a 22 de noviembre).
Ofiuco: del 29 de noviembre al 17 de diciembre (antes no incluido en el Zodiaco).BONUS 2: Recomiendo para observar las constelaciones usar la aplicación STARWALK2. La versión gratis es muy completa.

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