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Tanta vida a la música: Entrevista a Pedro Gallego

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La entrevista que van a leer es larga porque el entrevistado merece que sea así, por su enorme trayectoria en la música y su rica experiencia de vida. Pedro Gallego es pianista profesional y profesor de música, su pasión lo ha llevado a estudiar en prestigiosas instituciones de Europa, conocer otras culturas, y entablar relaciones con artistas de alto vuelo. Recientemente en el año 2019 , fue declarado Ciudadano Ilustre de Tacuarembó, honor más que merecido. A sus 80 años me esperó en su casa. Un hermoso hogar que tiene una Paloma de la Paz de Picasso en la fachada. Me hizo entrar un rato por su vida, rodeados de fotos de viajes por el mundo, pianos y libros. Me llevó al lugar donde toca el piano, me invitó a tomar asiento y me trajo una botella de agua sin gas. 

-Hablemos de tus inicios. ¿Cuándo comenzó el gusto por la música? 

Con el piano sentía adoración desde chiquito, a los 5 años para ser más exacto. En aquel entonces, había una vecina que tenía un piano y cuando lo tocaba era de asomarme por el porche de la casa para escucharla. También escuchaba la música de la  Radio Zorrilla, además de la Radio del Sodre cuando pasaban los conciertos. Recuerdo que iba a la charca de mis abuelos en el barrio de La Pedrera, yo simulaba tocar el piano en la silla de mí tía o en su  máquina de coser. Las visitas que venían por la casa de mis abuelos tenían que cantar el Himno Nacional, mientras yo lo simulaba tocar y  ellos lo cantaban. (Risas) 

-¿Recuerdas qué canción tocaste por primera vez en el piano?

-(Piensa). Puede ser la “Marcha Turca” de Beethoven, la  versión facilitada supongo. El primer tango que toqué  fue ”Felica”( Canción de Juan D’arienzo – 1954) , (Lo tararea). 

-¿Cuál será el “por qué” de tocar el piano en tú caso?

-Muy bien tú pregunta. No tengo ningún antecedente familiar con la música. Es extraño. Hablando con la poeta Circe Maia, ella me dijo que esto se llama “vocación natural”, porque hay otras vocaciones que son inducidas o espontáneas. Acá en  Tacuarembó  hay familias de músicos por generaciones.

-Entonces te sentiste diferente con tú perfil con relación a tú familia.

-Sí, además estudiar piano era considerado algo de niñas. Es más, una vez yo iba con mí portafolio a estudiar con la querida profesora Neri Camacho, y habían unos trabajadores de la construcción por la calle General Flores, estos me preguntaron que estaba estudiando, les respondí que estaba estudiando acordeón. Me daba vergüenza decir que estaba estudiando piano.

-Fuiste de los primeros alumnos del Conservatorio en Tacuarembó. ¿Cómo era el Conservatorio en aquel entonces?

Era algo espectacular porque eran los últimos coletazos de la” Suiza de América” (Referencia a los años de prosperidad en la  mitad del siglo XX en el Uruguay). Estaba Goyenola como Intendente y nos traía a los mejores profesores al Conservatorio. Venía un profesor austríaco llamado Kurt Pahlen que hacía un semestre en Viena y un semestre acá. Me enseñó Historia de la Música y estuvo a cargo del Coro. Fue él quien descubrió mis condiciones para el piano. Una vez puso una tarea, dibujó una clave del sol en el pizarrón  y nos dijo:  “A partir de este sol voy  a tocar una melodía y luego nos  preguntó :¿quién de ustedes va a tocar el resto?” ,yo pasé y toqué  sin problemas la melodía. Terminó la clase y el profesor me dice que lo espere a la salida, yo lo hice  y me pidió una reunión con mí madre. Yo pensaba que me quería llevar a Austria. (Risas)

Kurt le dijo a mi madre que  no podía abandonar la música. Otros profesores que tuve fueron Neri Camacho Lopéz, Clorinda da Silveira y, terminé los cursos con José Tomás Mújica, que por cierto, era un genio que vivía acá. 

-Estudiaste Filosofía en la Facultad de Humanidades.

-Sí, pero primero había estudiado Derecho pero no lo aguanté. Me hice amigo de una alemana que estaba estudiando nuestro lunfardo. Ella estaba becada por Alemania, y fue quien me motivó para  pedir una beca para estudiar en  Alemania. Me inscribí  en la Facultad de Humanidades en Filosofía, me puse a estudiar el idioma alemán en el Instituto Goethe , y siempre de forma estricta. Luego pedí la beca y me la dieron.  

-¿Qué te pareció Alemania?

-Horrible al comienzo, tenía 24 años. La beca era completa, me pagaron incluso el pasaje del barco, porque en aquellos años era en ese medio que se iba a Europa. El barco salía de Montevideo y llegaba a Génova, ya en esa ciudad los alemanes nos esperaban con los pasajes de tren en el mismo barco. Era una enorme organización, todos los becarios ya tenían sus pasajes de tren para ir al Instituto Goethe. En ese lugar estudiamos alemán intensivo y nos adaptamos a las costumbres.

-¿En qué año fue eso?

– Fue en 1966. Yo vivía en un cuarto en una mansión preciosa. Te puedo decir que  cuando abría las ventanas veía las trenza del hielo por el frío que hacía. Un sábado por la mañana en un recorrido veo en un cartel en una Iglesia: “Aquí cantó Sebastian Bach de los 12 a 15 años en la cantoría de niños”. De golpe y porrazo te encontrás con una cosa histórica. Me encontré con el niño Bach.

-¿Se podría decir que te adaptaste? 

-Me iba adaptando, eso era la preadaptación que te venía contando. La adaptación fue cuando cada becario se fue a su correspondiente universidad. Me quedé en la casa de una conocida, que estaba en un barrio precioso. El único problema era que tenía que cruzar el puente Kennedy Bridge que era larguísimo.

-¿Cómo se llamaba la beca? 

-(Piensa y lo dicen en alemán).  Se llamaba “Beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico “. Era de la República Federal de Alemania, la  capital era la ciudad de Bonn. La  Alemania Oriental tenía Berlín como capital, y cuando fuí a esa ciudad fue una tragedia.

-Fue toda una experiencia contemplar el muro de Berlín y cruzarlo .¿Cómo era esa sociedad dividida ?

-Al ser extranjeros, los becarios no tenían problema de pasar a la otra Alemania (La Oriental). Salías en ómnibus en Alemania Federal y veías la cortina de hierro que dividía ambas Alemanias. Y, cuando se accedía  al territorio Oriental, a cada kilómetro había torres de vigilancia con catalejos (Un catalejo es un instrumento óptico monocular empleado para ver de cerca objetos lejanos), que te controlaban. Había que esconder los diarios occidentales porque no se permitía tener eso. Había partes del recorrido que ponían espejos debajo de los ómnibus para controlar  que la gente no escapara de una Alemania a la otra.

-¿Cómo te fue la Universidad de Bonn?

– Yo el primer año no pude hacer casi nada. No entendía el idioma a no ser las malas palabras que escribían en los bancos. (Risas) A los profesores no les entendía lo que decían, imagínate enseñado algo como Filosofía que es complejo. Algo que se daba era que cuando llegaba un profesor todos golpeaban con los nudillos los bancos, como en señal de saludo. Al tiempo ellos me ofrecieron un año más para quedarme porque vieron que me estaba integrando a su sociedad, yo me había inscrito a un Coro. Me dijeron que tenía que dar un oral frente a los profesores, y que luego me presentara a los exámenes en serio. De ahí fue a un seminario de Kant (Inmanuel) sobre , (Lo dicen en alemán; Kritik der reinen Vernunft) “Crítica de la Razón Pura”. Cuando me tocaba hablar a mí todos se reían pero me fui adaptando. Y, cuando llegó el momento, preparé el examen en una biblioteca súper moderna, fui al examen y lo salvé. Ellos vieron que estaba dando exámenes,  me preguntaron sí quería estudiar un máster. Me gustaba la Filosofía pero lo mío era la música. El tema era que mí madre era viuda y estaba en Tacuarembó, y yo era el único hijo. Tuve que rechazar la beca. Ellos me dijeron que contaba con el pasaje para volver por un año más  a Alemania pero sin la beca.

-¿Cómo lograste quedarte?

-Con el Coro ya había ido a varios países de Europa, en un momento me invitaron a  trabajar en la oficina de prensa del Gobierno. Yo encantado acepté la propuesta que era ser voz de en un círculo de México y el Caribe, para enviar comunicados. Me pagaban en dólares, me puede  comprar una máquina de escribir, que era un verdadero lujo. De ahí pude subsistir con lo que me pagaron , conocí Grecia e Italia. 

-¿Cómo fue la venida a Tacuarembó después de todo eso?

-Cuando volví a Tacuarembó me pareció oscuro, poco iluminado. Seguí viviendo en Alemania meses aunque estaba en Tacuarembó. Pero hoy en día te puedo decir que estoy orgulloso de haber hecho toda mi carrera en Tacuarembó, me encanta sus paisajes: Valle Edén, Balneario Iporá,  San Gregorio. 

-¿Qué hiciste en Tacuarembó después de tú llegada de Alemania?

-En noviembre de 1969 estaba en Tacuarembó y se dio algo increíble acá. El Frigorífico Tacuarembó  precisaba un traductor en alemán porque siempre habían alemanes que venían por negocios con el Frigorífico. Como nadie entendía a los alemanes me contrataron como traductor. Trabajé 2 años ahí, nunca gané tanta plata como en ese tiempo. Organizaba fiestas para los alemanes, hice una muy buena relación con todos.

– ¿Qué hiciste como músico acá en Tacuarembó?

-Tuve un conjunto experimental de cámara con música medieval y renacentista que el “Bocha” Washington Benavides nos dio la presentación. Todo era idea de allá (Alemania), se usaban instrumentos medievales como la flauta dulce. Los recitales eran en la Iglesia de la Cruz. Ya en esos años empecé con la enseñanza en varios centros educativos.

-¿Filosofía nunca diste como profesor?

– En principios de 1966, mientras esperaba que me aprobaran la beca di clases en el Liceo Departamental de Tacuarembó. Habían unas horas vacantes que nadie quería tomar, le pidieron a mi madre si yo no podía atender esas horas. Yo no quería venir porque ya estaba trabajando como músico pero mí madre me insistió. Finalmente volví y di esas clases de Filosofía. Fue en el Liceo que me enteré por medio de una carta que me habían aprobado la beca. Fue un papeleo enorme para entregar para esa beca.  

-¿ Y tú segunda experiencia en Alemania cómo fue?

– En 1978 envíe una solicitud de beca a un Instituto Orff de Estrasburgo para unos cursos para profesores de música. Ese Instituto fue fundado por Carl Orff que fue un genio como compositor. Nos daba clases su hija con quien  tuve  una gran amistad. Pero tenía que viajar a Austria y no tenía el dinero para viajar en avión, y le pedí a Kurt Pahlen sí podía ayudarme prestando dinero.¡Qué increíble! Él me ayudó y después le pagué, que fueron como 800 dólares americanos.  Al final, Kurt Pahlen me llevó a Austria. (Risas)

-¿De qué se trataba ese curso en Alemania?

-Sí, fue un curso espectacular. Ese  Instituto queda a las afueras de la ciudad de Estrasburgo. La beca consistía en que, no pagaba el curso pero como tenía mis dólares ahorrados en aquel momento se pagaba por traveler’s cheque, que era como una chequera. En el Instituto había todo tipo de instrumentos, nosotros andábamos descalzos por unas alfombras, bien new age. Había mucha creatividad, una experiencia maravillosa. Además de que fue la cuna de Mozart.

-¿Te gustaba la música de esa época como el rock? Viste que era el gran género popular del mundo de aquel entonces.

-No me odies por lo que te voy a responder. (Risas)

Siempre me gustó la música romántica o melódica dentro de lo clásico. También la música de las películas, una de las cosas que hacía era sacar por piano la música de los films. Yo iba al cine, igual dos veces al día, para sacar la música  y ponerla en un pentagrama en cualquier papel.

-¿Qué es lo qué te gusta tocar y divulgar?

-Lo melódico y música de cine. No es popular , podría llamarse “música de culto”. Viene un amigo, Fernando Ruiz, que me ayuda con las grabaciones y la difusión de mis interpretaciones.

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El padre René: Ayudar sin mirar a quién

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Por Maico Pintos|

René Da Silva es sacerdote desde hace 23 años. Tacuaremboénse nacido en Curtina, hace 5 años trabaja en la parroquia Santa Cruz que queda el centro de la ciudad. Está encargado de la Pastoral social, medio por el cual la iglesia se hace presente en la sociedad. Atiende merenderos en los barrios Artigas y Godoy donde mantiene contacto con familias carenciadas. Su trabajo además consiste en formar parte de las reuniones donde asisten diferentes organizaciones de carácter social.

René conoce muy bien los pueblos del interior, desde el año 2000 le ha tocado vivir en  varios de ellos: Curtina, Paso de los toros, Vichadero y  Rivera. De Tacuarembó destaca la solidaridad de la gente y su sentido de comunidad: “ Es como un gran pueblo porque hay cosas que las viví en Curtina y que las vivo acá, y entonces se da esa relación muy linda con la gente en el día a día.”

Varios organismos de la ciudad se reúnen periódicamente, en un intento por trabajar integrados, en la búsqueda de soluciones para las problemáticas sociales. Antes de tomar decisiones deben enterarse, en un intercambio mutuo, de distintas realidades; unas más urgentes, otras más complejas.

René Da Silva participa de esos encuentros, y nos dijo al respecto: “hoy en día no se trabaja solo, sino que tenemos que trabajar en red. Trabajamos coordinados con Mides, la Policía, Servicio social de la Intendencia (IDT), con los diferentes instituciones que están aportando herramientas a estas personas en situación de vulnerabilidad.”

“En salud mental tenemos Proyecto Puente que si bien es un proyecto independiente y gratuito, completamente honorario, trabajamos con otras instituciones y formamos parte de la Mesa de prevención de suicidio al nivel departamental donde hacemos un trabajo en conjunto.”

“..el trabajo social es muy difícil si no lo hacemos en conjunto y coordinadamente”

Ante la pregunta de si en algunos casos la iglesia hace de nexo entre las personas que están pasando por un mal momento y las autoridades a cargo de encontrarles solución nos respondió: “De hecho siempre estamos siendo un nexo. La pastoral social, que está conformada por varias personas, no solo yo, hace de nexo con las autoridades departamentales acerca de las situaciones que viven nuestros hermanos.

 Aquí en la parroquia existe una red de recursos que hace un tiempo se fundó. Allí están varias instituciones que trabajan el tema de adicciones: Amor exigente, Proyecto puente, Junta nacional de drogas, Ciudadela, Alcohólicos anónimos, Narcóticos anónimos.”

El 8% de los hogares de Tacuarembó se encuentra debajo de la línea de pobreza según datos de la Encuesta Continua de Hogares de 2021

Según datos del Censo 2011, el 45,2% de las personas tiene al menos una Necesidad Básica Insatisfecha (NBI).

Entre los actos de beneficencia de la Pastoral social está el acercar alimentos a los que más necesitan. Reciben donaciones de alimentos no perecederos y con ellos arman canastas que van a entregarse a familias de la zona o en los merenderos de los barrios Artigas y Godoy:

“Con la donaciones de las personas es que sostenemos los dos merenderos y hacemos las canastas para las familias necesitadas. Todo es gracias a la comunidad, siempre nos apoyan con esto de conseguir alimentos, lo armamos nosotros y se lo entregamos a nuestros hermanos de la pastoral social.”

En mayo de este año cuando las inundaciones en Río Grande del Sur eran noticia en todo el mundo por su gravedad se creó una campaña para que a través de la parroquia se pudieran hacer llegar donaciones a los damnificados en Brasil. Hablamos con René sobre eso y nos dijo: “Dos chicas de Río Grande que estaban estudiando en la Universidad de Tacuarembó nos pidieron ayuda y con ellas hicimos una campaña de recolección de alimentos, agua, comida para perros. Fue impresionante, llenamos un ómnibus de INIA que fue quien se ofreció para llevar las cosas”

Consultado sobre los orígenes de Proyecto Puente René comenzó diciendo: “El proyecto Puente Esperanza nace en Paso de los toros en el año 2005. Yo era un cura muy joven y Paso de los toros se vio asediada en el año 2004 por una infinidad de suicidios en cadena. Nadie sabía cómo actuar en ese momento, nos tuvimos que juntar en sociedad para plantearnos qué hacer, porque no podíamos seguir permitiendo que la gente se quitara la vida y no poder hacer nada.”

El padre René Da Silva, junto a otras personas que querían empezar a entender la depresión y cómo actuar en episodios de crisis, fueron formados durante 3 meses por el psiquiatra Horacio Velázquez y la psicóloga Andrea Machado en Paso de los toros:

“Desde el año 2000 hasta ahora comenzó el proyecto Puente; Puente Esperanza es el de Paso de los toros; el Proyecto Puente es de acá. Tienen formatos distintos.”

“Cuando llego aquí en 2018 empiezo a ver que había un índice de suicidio muy elevado para la población de Tacuarembó. En el año 2020 pensamos hacer algo juntos con el psicólogo Ernesto Martin Santana -que tenía experiencia abordando este tema- y yo le plantee: ¿qué te parece Ernesto si hacemos talleres para desmitificar? El accedió, empezamos a armar talleres y justo ahí apareció la pandemia del Covid. Nos dieron un espacio en la radio, la 90.3. Allí estaba Daniel Adib que nos dio una mano tremenda con el programa El ascensor. Todos los viernes íbamos al Ascensor y estábamos una hora hablando sobre diferentes temáticas, pero sobretodo la prevención del suicidio.”

Las reuniones de los grupos de ayuda mutua son todos los miércoles a las 19hs en los salones de la parroquia, entre Jaime Ros y 18 de Julio. René nos contó que el miércoles anterior se habían sumado 5 nuevas personas al grupo. Acerca de las condiciones en que acuden las personas el párroco nos dijo:

 “ algunas llegan al borde del suicidio, sufren depresión, soledad, angustia, etc. Han pasado más de trescientas personas por este grupo. Es honorario, anónimo y confidencial, lo que ahí se dice ahí se queda.”

Además existe la posibilidad de recibir atención individual por una de las psicólogas del proyecto que atiende dos veces al mes en los salones de la parroquia.

 También está el llamado Grupo de la convención, apoyo para aquellos familiares que han perdido seres queridos por suicidio. 

El proyecto además brinda talleres, sobre suicidio y temas relacionados, a grupos e instituciones que lo soliciten.

La promoción de la salud mental tampoco escapa a este proyecto. “Arte y Alegría” es uno de los cuatro pilares de Proyecto puente, René lo describió así:

“Dos maestras- Maria Ines Silva y Olga Sanchez-, y nuestra psicóloga Maria Noel armaron lo que es Proyecto Puente: Arte y Alegría que consiste en que una vez al mes, aquí en el salón de la parroquia, se convoque a todas las personas solas y adultos mayores para hacer talleres de yoga, danza, teatro, candombe. Tienen una merienda compartida y después un baile.”

Sobre la plaza de la cruz, justo enfrente de la parroquia, hay una placa recordando al cantautor Eduardo Darnauchans. Su padre, el Dr Pedro Darnauchans, trabajó en Curtina varios años. Fue allí donde atendió a René Da silva cuando todavía era un niño:

 “Yo a los quince años quería casarme y tener hijos, y ser médico. Quería ser médico porque quería servir. Veía que era una profesión que me gustaba mucho porque yo tenía como ejemplo de médico al Dr Darnauchans. Si será importante el trato de alguien que hasta te llega a genera el deseo de una vocación, y él me despertó a mí el deseo de ser médico, por la manera de ser, de estar.”

Pero terminó decidiendo que serviría a las personas desde otro lugar, fue entonces que comenzó el seminario para convertirse en sacerdote.

 Recordando a su madre, René nos aseguró que fue a su lado donde nació esa inclinación a servir:

 “Esto de servir a los demás surge de mi mama. Yo siempre digo, mi vieja crió 11 hijos pero ella siempre nos decía: hay que poner un poco más de agua para el que viene en camino. Siempre nos enseñó que había que aportar algo al que necesitaba.

Entonces, nosotros también como cristianos, estamos llamados a dar la vida, va por ahí. Uno trata de servir al otro por amor, no por conveniencia. Lo que hacemos nosotros no es esperando recompensa, lo que hacemos no es para figurar, lo que hacemos no es buscando un lugar político de privilegio, de prestigio.

Si alguien da un servicio tiene que darlo en silencio y de corazón”

Nota de Periodismo Cultura

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La experiencia de un tacuaremboense en las inundaciones de Río Grande do Sul | Viaje al fin del capitalismo

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It’s the End of the World as We Know It (And I Feel Fine) REM

Por Mario Fagúndez|

Desde la comodidad del hogar, las tormentas son hermosas. Ese despliegue técnico entre nubes que se descargan de energía y el suelo, iluminando todo por un segundo, es un espectáculo que a mí personalmente me fascina. Pero atravesar una ruta por el sur de Brasil mirando rayos que caen delante mío, rayos que van de este a oeste a todo lo largo del horizonte sin ningún otro vehículo a la vista, con pronóstico de lluvia para una semana más y con noticias de que esa misma tormenta destrozó un tramo de otra ruta, es una experiencia que no recomiendo para nada. El auto avanzaba valiente a pesar de la lluvia, los rayos caían intensamente y mi corazón palpitaba de miedo. Luego de varios kilómetros la tormenta se calmó, la ruta se volvió autopista, paré en una estación de servicio a recargar combustible y a comprar algo para no dormirme.

Mi vuelo era a las 5 de la mañana y tenía previsto llegar a Porto Alegre a la 1 a.m. Terminé llegando a las 2. Cuando estaba en la zona del aeropuerto un auto delante mío dejó un lugar libre y por un momento pensé en dejarlo allí. Qué podría pasar, si mi viaje era de solo 5 días, esa madrugada era 1 de Mayo y tenía previsto volver el 6?. Decidí que lo mejor era continuar el plan y dejarlo en un estacionamiento que tenía contratado, unos metros más adelante. Cuando llegué me asignaron un lugar en el último piso, al aire libre. Dos días después seguía por las redes las imágenes del aeropuerto inundado, en el que apenas se veía el fuselaje de un avión tapado de una sustancia chocolate, mezcla de agua y barro y justo la toma pasaba por el estacionamiento en que se podía intuir en el último piso la mancha borravino del Tercel valiente que me había llevado sano y salvo hasta allí.

Foto panorámica de Porto Alegre desde un avión hecha por Mario Fagúndez.

Un fenómeno natural es un fenómeno natural, una tormenta puede durar dos días, tres, una semana continua, pero ya que dure 20 días de corrido con lluvias cada vez más intensas es algo que no es fácil de prever. Pero aún más si a esa tormenta le sumamos una orografía proclive a la formación de cañones en donde el agua se acumula y sale como una estampida, una política ambiental que permite todo tipo de disparates tales como edificios en zonas inundables, monocultivo, desmonte, urbanizaciones sin fundamento alguno y solo estimuladas por el lucro, políticos corruptos y un estado ausente al que solo le importa la gente que puede pagar impuestos, tenemos la herramienta perfecta para la destrucción de una sociedad.Estamos en un momento bisagra de la evolución humana en el que la sociedad se está destruyendo no por las acciones de los malos sino por la pasividad de los buenos. Esa cita de la que no tengo referencia actualmente quién la dijo ni tampoco tengo paciencia para salir a buscar al autor es lo que define lo que está aconteciendo actualmente en Brasil.

Pocas veces vamos a tener la oportunidad de ser testigos de un evento tan importante a nivel global. Es como haber presenciado la llegada del katrina a Nueva Orleans o haber visto como el mar lentamente se levantaba en Indonesia. Las consecuencias fueron catastróficas. El huracán Katrina alagó 2,4 mil kilómetros en Nueva Orleans, mientras que las inundaciones en Rio Grande do Sul alagaron 3,8 mil kilómetros.  En Río grande do Sul hubo 149 muertes, mientras que el catrina se cobró 14 vidas. A los estadounidenses les llevó 10 años recuperarse. De la catástrofe en el sur de Brasil no han pasado 10 meses pero todo el mundo hace de cuenta que nada pasó. Mi avión salió en hora, llegué a mi destino y allá me enteré que los vuelos estaban suspendidos porque el aeropuerto estaba bajo agua. No solo el aeropuerto, la mitad de la ciudad de Porto Alegre estaba inundada. Poco a poco se fue sabiendo que la ciudad, otrora modelo de urbe, contaba con un sistema de bombas de las cuales ninguna funcionaba porque la prefectura no había hecho los mantenimientos correspondientes. El gobernador del estado, afín a Bolsonaro y contrario a Lula, salía constantemente en mi feed de Instagram vestido con un chaleco naranja y azul pidiendo precaución a la población. Las alertas eran constantes.

Las imágenes eran desoladoras. Una ciudad entera tuvo que ser evacuada. Miles de empresas perdieron toda su materia prima. En el medio de aquel caos se organizaron milicias privadas que patrullaban los edificios en lanchas. Un caballo se mantuvo en pie durante casi una semana, sobre el techo de un galpón. Su rescate fue transmitido en el Jornal Nacional. Uruguay mandó ayuda humanitaria, Lula desembarcó en un aeropuerto militar, todo el mundo le echaba la culpa, se propagaban Fake News y seguían apareciendo en mi feed prefectos y gobernadores con el colete naranja y azul. Porto Alegre (POA) fue construida en las márgenes del río Guaíba, es un punto estratégico pues sus anchas vías navegables lo convierten en el enclave perfecto para canalizar la producción agropecuaria de la zona. En su momento fue considerada una ciudad modelo.

Foto de un local comercial de Porto Alegre luego de las inundaciones. Autor: Mario Fagúndez.

Río Grande do Sul es el 5to estado más rico de Brasil. Nada de eso impidió que la naturaleza hiciera lo suyo. Según los expertos, una corriente húmeda proveniente de la Antártida se cruzó en la zona de las cataratas de Iguazú con una corriente seca proveniente del Amazonas, afectada en ese momento por una sequía extrema. Los expertos lo habían previsto hacía por lo menos 10 años y en 2022 el fenómeno ya había casi derrumbado el muro de contención de POA. Pero nadie hizo nada, ni mantenimiento a las bombas de desagote ni nuevas medidas de contención. Mi vuelo fue postergado primero una semana, luego indefinidamente y al fin cancelado. El aeropuerto no estaría operativo hasta por lo menos octubre. Yo disfruté de los días de calma y negocié para hacer teletrabajo de manera indefinida hasta que me exigieron que volviera a tacuarembó. En los días que pasé en Londrina – Paraná, no cayó una gota de agua. Fui al aeropuerto local a cambiar mi vuelo y terminé tomando un avión que me llevó de Curitiba a Montevideo. Al pasar por Río Grande do Sul, bajo el avión se veía una gran nube que tapaba todo el estado. Familiares míos, en la ciudad de Pelotas, decidieron evacuar a mi tía por riesgo de que se inundara su casa, próxima a la Lagoa dos patos, subsidiaria del Guaíba.

Tardé 45 días en recuperar mi auto. Estaba intacto y arrancó al primer contacto de la llave. Tuve que tomar un bus de Santana a Porto Alegre y luego un taxi hasta el aeropuerto que nos llevó por la ciudad devastada, cubierta por montañas de basura pestilente, manchada de barro, con calles aún inhabilitadas. Se veían pasar camiones de basura que llevaban toda la podredumbre a las márgenes de la ciudad. Luego todo siguió, vino el invierno, llegaron las elecciones municipales y el prefecto de la ciudad, el que había dejado a su suerte a los pobladores más pobres, fue reelecto, apoyado en su mayoría por la oposición la Petismo (La corriente política que apoya a Lula). Hasta ahora no he vuelto, no he tenido motivos para hacerlo. La ciudad sigue allí, sus moradores siguen viviendo en la zona inundable, el gobernador sigue desmontando el código ambiental y es solo cuestión de tiempo para que una nueva catástrofe los vuela a inundar. Como dice la canción: “la ciudad sigue con sus brazos abiertos de tarjeta postal, con los puños cerrados la vida real”. Y yo no sé cómo terminar esta crónica, tal vez invitándolos a que se informen, que lean las miles de crónicas del desastre, que traten de salirse del globo que manda y te vigila el decidir, en este mundo en el que sobrevivir es la meta disfrazada, no servís de nada si no para cumplir… El capitalismo llegó a su fin, y si no lo terminamos él va a terminar con todos nosotros.


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Entrevista a Lucas Sugo: Su infancia en Tacuarembó, el salto al éxito nacional e internacional, su presente

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Por Tito Espinosa|

Hoy mencionar  el nombre del cantante Lucas Sugo (Tacuarembó, 1978), es algo que pasó a una cuestión popular, es un nombre que resuena a nivel nacional e internacional. También, es una historia de superación, del sueño del niño cantor del interior que pasó a ser una voz que cruzó las fronteras, pero antes de eso, como nos señaló el artista: “Siempre el querer caminar, el querer ir para adelante, rumbo a esa meta, rumbo a ese sueño de tener un carrera como cantante”.

Actualmente, Lucas se encuentra trabajando como siempre, un imparable, ahora se da un gusto en su carrera, con “Canciones que Amo”, un concierto donde la mitad del repertorio son sus canciones clásicas y la otra mitad un homenaje a los artistas que han sido inspiración para el hombre nacido en Tacuarembó, nombres como Camilo Sesto, José Luis Perales, Luis Miguel, entre otros, son los elegidos.

Este próximo domingo 29 de octubre, en el Club Democrático, el reconocido cantautor uruguayo como parte de su gira titulada “Canciones Que Amo” dará un concierto. Las entradas las puedes obtener en Red Tickets y en Fresia (Joaquín Suárez 915). Organiza el espectáculo Modo Eventos Viviana Rodríguez, por reservas e información comunicarse al 097 969 554. Portal del Norte pudo tener un diálogo con Lucas Sugo hace unos días, donde nos adelantó sobre su presentación en Tacuarembó y otros temas más de su exitosa carrera.

-Este 29 de octubre vas a dar un concierto en Tacuarembó. ¿Con qué tipo de show se va a encontrar el público ese día?

Es un espectáculo diferente, muy emocionado porque estoy sorprendido de grata forma porque ya los venimos fogueando, como lo decimos en la jerga popular, y nos trae muchas satisfacciones. Lo abordamos en el repertorio y la selección del mismo en la concordancia del título “Canciones que Amo”, donde son canciones que hacen parte de mí y parte de la vida de muchos. Es un espectáculo con un 50 por ciento de canciones habituales que hacen parte ya del tal Lucas Sugo, y el otro 50 por ciento se hizo con canciones que siempre tiene que estar. Si me permiten, estas salvedades en la gira, interpreto canciones de Juan Gabriel, José Luis Perales, Camilo Sesto, Luis Miguel, muchas baladas, y muchos clásicos internacionales que hacen parte de mi formación como cantante e intérprete, que justamente en esta gira me permito eso tan especial y lo celebro. Porque, donde vamos con el tour vemos que la gente se engancha emocionalmente y lo disfruta, y eso me pone contento. 

-Tengo muchas cosas que preguntarte. Cuando tu nombre se volvió muy famoso en la escena musical nacional e internacional, resonaba que eras de Tacuarembó pero que vivís en Rivera. ¿Dónde naciste y te criaste en el departamento?

Yo nací en Tacuarembó y a los dos años y poquito, mamá se mudó a Rivera. Entonces, toda mi vida la hice en Rivera pero obvio que los lazos familiares están por la zona de Tacuarembó que tanto quiero, que tanto estimo. Incluso, tuve poco vínculo con mi familia paterna porque mi padre lo vi tres veces nomás en mi vida, tuve mucho más vínculo con la familia de mamá que recuerdo siempre pasando la sexta sesión, rumbo al Cerro de la Aldea por ahí era la chacra del abuelo, y de ahí el primer acercamiento también, con la familia de los Sugo, dedicados a la empresa de camiones.

-Estuviste de gira hace poco por España y también trabajando con el artista español Álex Ubago, que es super famoso. ¿ Cómo manejas ese salto emocional de ser un artista del interior y pasar a la escena musical internacional?

¡Uy, hermano! Emocionalmente hablando es muy fuerte. Este camino siempre se trató de un sueño, del sueño del niño cantor, del gurí que se crió en el interior del país que veía que las oportunidades lo veía cuando prendía la tele pero no lo veía en sus entre  manos, y entre al concreciones artísticas. Pero gracias a dios siempre tuve mucho apoyo de parte mamá, yo me crié solo con ella. Y siempre el querer caminar, el querer ir para adelante, rumbo a esa meta, rumbo a ese sueño de tener un carrera como cantante. Felizmente, las cosas en estos últimos tiempos se han dado y han tomado una dirección, reconozco, importante que me llena de orgullo y que también de alegría, de decir: “¡Wow!” Viste cuando algo cuesta tanto, tanto, que cuando llega lo valoras mucho. Y esta carrera se nutre de eso, de honestidad, de lo que siento, del respeto hacia el público que me lo gané y del profesionalismo.

-También tienes esa faceta, por decirlo de algún modo, como conductor de un programa como es La Voz. ¿ Cómo manejás ese lado didáctico del cantante?¿ Qué cualidades debe tener un cantante para hacer una carrera musical?

Lo más importante me parece que es la cuestión de la disciplina, de la actitud. Porque muchos, quizás, están arrancando por esto de tener talento para llegar pero no solo con el talento se llega. Es mucho más una cuestión de perseverar, uno se tiene que enfocar todos los días y trabajar ese sueño, no quedarse en la emoción de la resignación. Siempre en la vida hay que remarla, con valores, con buena ley, por el lado de querer aprender, de no necesitar pisar al otro para llegar, sino que uno tiene que sacar del fondo esa entereza para seguir. Por lo tanto, es muy importante el talento, pero mucho más la disciplina  y la actitud.

-En esa disciplina que hablás: ¿Cómo es el día a día de Lucas Sugo? ¿Me imagino que tiene horas para cantar, para componer, para ensayar, y las giras con una agenda particular?

La organización en la vida es fundamental, es una disciplina constante. El tener horarios para todo. Por eso yo sigo estudiando, tengo una vocal coach, que es una profesora de canto. Tengo un estudio de grabación en Rivera donde grabo y donde también estudio, porque me parece que eso es clave en la vida, el siempre querer aprender más. También tengo mis tiempos para mi familia, para compartir con mi pareja, con mamá, con mis hijos. Donde vivimos es una zona rural, donde tengo unos caballos, unos perros, donde me encuentro conmigo también. Con las giras es otra cosa, todo es atípico, porque depende de los horarios de llegada de viaje de los espectáculos, de las pruebas de sonido, de las entrevistas que tengas que hacer. 

-¿Su aprendizaje como músico fue de odio o podría decirse académica?

Sí, yo estudié en el conservatorio pero también de oído.  Ambos van de la mano, porque a veces se piensa que una cosa no es compatible con otra. Incluso, me ha pasado cantar en los tiempos de los bailes donde había que sacar un tema escuchando un cassette, porque no había partitura para eso. Entonces, todo eso sirve para la formación como músico y debo aconsejar que el deseo de superarme me ha ayudado mucho.

-Veo tu canal de Youtube y hay más de 700 millones de reproducciones, es 1 de 10 personas en el mundo que escucharon un tema tuyo, medido en el global. ¿Qué impresión te da eso?

Muchos artistas optan por no pronunciarse tanto de eso, por los números de las redes y está bien. Yo voy por el otro lado, porque lo mío también es un sustento, también es un trabajo donde es importante todo lo de los números, más cuando son números orgánicos, no comprados. Eso más de 700 millones de visualizaciones es de gente, que un cristiano fue y puso el tema de Lucas Sugo, la gente me está regalando la posibilidad de seguir en mi carrera, la posibilidad de seguir en lo que amo que es la música, y es el apoyo afectivo, que tanto se necesita en esta carrera.

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