Cultura
La improvisación toma la posta: Tacuarembó se estrena en la escena del jazz

Por Tito Espinosa|
En el vasto paisaje uruguayo, más allá del eco del candombe, el folclore y la melancolía del tango, un nuevo sonido comienza a tomar forma. Impulsado por la visión de cinco músicos apasionados, el Primer Festival de Jazz Club de Tacuarembó emerge como una promesa de mantener viva la llama incandescente del jazz en todas sus gloriosas y esquivas formas. Y para dejar en claro sus intenciones, el póster del evento lo dice todo: la mirada profunda y el saxo cósmico del inmortal John Coltrane presiden este debut histórico.
Durante las últimas semanas, la imagen de Coltrane, ese alquimista sonoro que redefinió la armonía del jazz y se convirtió en un faro para generaciones de músicos, ha aparecido en las redes sociales. Una declaración audaz, un guiño a las raíces profundas y a la vez un presagio de la exploración sonora que se avecina el próximo 3 de mayo en el venerable Teatro Escayola. La fecha, estratégicamente elegida, celebra el Día Internacional del Jazz, un recordatorio global del poder unificador y la libertad inherente a esta música nacida en los márgenes.
Para desentrañar los misterios de este primer capítulo jazzístico en Tacuarembó, nos pusimos en contacto con el hombre detrás de la cortina, el coordinador del festival, Jorge Cortés. Su voz, cargada de una mezcla palpable de entusiasmo y determinación, nos guió a través de la génesis de este proyecto. “Es el primer Festival de Jazz en la historia de Tacuarembó”, afirmó con orgullo. “Queremos mostrar la diversidad del género, desde sus raíces hasta sus fusiones más contemporáneas”.

La alineación de este bautismo de fuego jazzístico promete ser un crisol de talentos. Cortés nos adelantó la presencia de un intrigante dúo conformado por la percusión innovadora de Diego Pérez y el lirismo melancólico del violín de Sebastián Estigarribia. A ellos se suma el trío de la guitarrista Agustina Canavesi, una joven promesa que seguramente dejará su marca junto a la sólida base rítmica de “Tote” Fernández en la batería y Bruno López en el bajo.
La cuota local estará representada por la banda Nogal, donde el propio Cortés empuñará el saxo, acompañado por Fernando Isasa en la guitarra, Pablo Davila en el bajo y Héctor Acosta en la batería. Pero la noche no terminará ahí. Se anuncian invitados especiales como Wilder Ferreira, añadiendo más color a la paleta sonora, y un sentido tributo al pianista local Pedro Gallegos, un reconocimiento a la tradición musical del departamento.
“Habrá muchos estilos dentro del jazz”, explicó Cortés, subrayando la amplitud de la propuesta. “Cada banda, en algunos casos, tocará sus propios temas. Tenemos compositores como Gabriel Estrada, cuyo cuarteto es un referente con mucha trayectoria junto a Gustavo Villalba”. Y como un puente hacia la rica historia del jazz sudamericano, el festival contará con la presencia de Jam Pom, una de las bandas estables del legendario Hot Club, la institución de jazz más antigua de la región.
Cortés se explayó sobre la naturaleza camaleónica del jazz: “El jazz es uno de los estilos musicales que se va fusionando con las músicas locales de distintos países, por eso tenemos el tango jazz, candombe jazz, el funk, blues… ¡son innumerables! Algunos se imaginan solo el jazz de 1900 de Nueva Orleans, pero su mundo es tan diverso que es imposible abarcarlo en un solo festival”.

Al hablar de la calidad de los músicos de jazz, Cortés no dudó en señalar su exigencia, equiparándola con la música clásica. Y luego, compartió la curiosa etimología del género: “Se llama jazz por el perfume de las prostitutas de la época de 1900, nació en los burdeles de Nueva Orleans, en los bajos fondos. Luego, como todo, evolucionó hasta la tremenda variedad que conocemos hoy”.
Pero Cortés fue más allá de la anécdota, profundizando en la esencia misma del jazz: “Este género tiene una gran diferencia con otras estructuras musicales donde tenés que tener una partitura que respetar. Para que sea jazz tenés que tener improvisación, y eso significa que el músico delante del público tendrá que crear de forma espontánea un toque, con el riesgo que eso implica, como errar notas o quedar fuera de base. Por lo tanto, implica tener dominio de los instrumentos y conocimientos profundos de la estructura del jazz”. Una declaración que resuena con el espíritu rebelde y la maestría técnica que siempre han definido a los grandes del jazz.
Tacuarembó, con este festival inaugural, busca inscribirse en el mapa de los encuentros jazzísticos uruguayos, sumándose a nombres ya establecidos como el Festival de Jazz en Mercedes y el Festival Internacional de Punta del Este, este último un imán para músicos de élite mundial. “Hay en toda la costa un gran apoyo del público, sobre todo entre los jóvenes con el jazz fusión en Montevideo, donde hay toques todas las semanas”, comentó Cortés, vislumbrando un futuro prometedor para la escena jazzística nacional, impulsada incluso por una nueva Licenciatura en Jazz y Música Creativa.
Finalmente, Cortés compartió un fragmento de su propia historia ligada a la música y al jazz, una conexión que se remonta a su infancia: “Mi trayectoria musical nace con mi abuela, cuando forma el Conservatorio Municipal y la Banda Municipal. Yo, a los siete años, corría por los pasillos del Conservatorio (hoy Casa de la Cultura), ahí hacía los deberes y estudiaba música. De ahí viene mi pasión por el saxofón. A los 11 años ya era músico de la Banda Municipal, cuyo nombre precisamente proviene del jazz en su estructura, y la verdad sonaba muy bien. Por motivos de estudio, dejé por 30 años el saxofón para dedicarme a la odontología. Pero hace dos años retomé con los saxofones, dedicándole una parte importante de mi vida a esta materia pendiente que es el saxofón y el jazz”. Una historia de pasión postergada que ahora florece en la creación de este festival.
Así, Tacuarembó se prepara para una noche donde las notas vibrarán en el aire, donde la improvisación será la reina y donde el espíritu indomable del jazz encontrará un nuevo hogar. El Primer Festival de Jazz Club no es solo un evento musical; es una declaración de amor a un género que desafía las convenciones y celebra la libertad de la expresión. Coltrane lo mira desde el cartel. Tacuarembó está lista para volar.
Cultura
Tacuarembó explora el potencial de la yerba mate autóctona

La posibilidad de cosechar yerba mate en Uruguay, una nación con el mayor consumo per cápita de esta infusión en el mundo, está siendo seriamente considerada. Este sábado 14 de junio, a las 19:00 horas, el Museo del Indio y el Gaucho de Tacuarembó será el escenario de una importante charla que abordará las perspectivas actuales de la yerba mate en el país.
Organizada por la Universidad de la República y la Dirección General de Educación y Cultura, la iniciativa busca explorar la viabilidad de establecer plantaciones de yerba mate a gran escala, aprovechando la existencia de árboles autóctonos, particularmente en el norte de la geografía uruguaya.
Carlos Arezo, de la Dirección de Cultura, y Diego Bracco, de la Universidad de la República, anunciaron la charla en una conferencia de prensa el pasado martes, destacando la importancia de estas actividades conjuntas. «Siempre hemos estado en contacto con el profesor Diego Bracco en el marco del relacionamiento de la Universidad de la República y la Dirección General de Educación y Cultura. Ahora habrá un nuevo taller y, por ello, creo que es importante lo que se va a hacer», afirmó Arezo.
La actividad del sábado se centrará en varios aspectos clave. Bracco explicó que la charla abordará la relación de los pueblos originarios con la yerba mate, para lo cual contarán con la presencia del reconocido arqueólogo José López Mazz. Además, el ingeniero agrónomo Raúl Nin, especialista en el cultivo de yerba mate, disertará sobre las posibilidades actuales de plantación, incluso a nivel doméstico.
Una de las preguntas centrales que se buscará responder es si es posible que existan plantaciones de yerba mate en Tacuarembó. La respuesta, según Bracco, es afirmativa. Si bien los costos a nivel industrial podrían ser más altos que en otras regiones donde se cultiva la yerba mate, el ingeniero Raúl Nin ofrecerá su perspectiva sobre la viabilidad de hacerlo a gran escala, manteniendo la calidad. Bracco enfatizó: «Da la impresión de que fuera posible con unos costos a nivel industrial más altos que supone cultivar la yerba mate más al norte, pero es posible hacerlo a gran escala con los cuidados, y generar un producto perfecto perfectamente aceptable y de gran calidad».
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Cultura
Tacuarembó se Prepara para la 26ª Edición de «Vení a Cantarle a Gardel»

La capital departamental se alista para recibir una nueva edición de uno de sus eventos culturales más emblemáticos: el certamen Nacional de la Canción y de los Nuevos Talentos “Vení a Cantarle a Gardel”. Organizado por la Intendencia de Tacuarembó en conjunto con la Fundación Carlos Gardel, este año marca la vigésima sexta edición del popular concurso, que promete tres jornadas intensas de música y descubrimiento de talentos.
El evento se desarrollará los días viernes 6, sábado 7 y domingo 8 de junio en la Sala Brocco, con inicio previsto para las 19 horas en cada jornada.
Esta edición contará con la participación de 35 representantes de diversas localidades del país, lo que subraya el carácter nacional del certamen. Artistas de Mercedes, Rivera, Carmelo, Paysandú, San José de Mayo, Las Piedras, Montevideo, y por supuesto, de diferentes puntos de Tacuarembó como San Gregorio de Polanco, Paso de los Toros y Curtina, se darán cita para competir y mostrar su arte.

El director general de Cultura, Carlos Arezo, detalló la distribución de los participantes por género musical: 8 en folclore, 7 en tango, 13 en melódico y 7 en tropical. Esta variedad asegura una propuesta musical diversa y atractiva para el público.
El jurado estará compuesto por figuras de renombre en el ámbito musical y cultural: Ignacio Suárez, en representación de AGADU; Renee de León por AUDEM; Nelson Delgado, reconocido músico y periodista de Radio Rivera; y Ignacio Borad, en representación de la Dirección de Educación y Cultura.
Arezo enfatizó la relevancia del certamen como un trampolín para la difusión de nuevos talentos nacionales. Asimismo, extendió una cordial invitación a toda la comunidad a sumarse a estas tres jornadas, brindando su apoyo y acompañamiento a los artistas, con un especial énfasis en los representantes del propio departamento de Tacuarembó.
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Cultura
Tacuarembó rindió emotivo homenaje al escritor Agamenón Castrillón en el Día Nacional del Libro

Fotos: IDT|
En una jornada dedicada a celebrar la riqueza de la literatura nacional, la Intendencia de Tacuarembó conmemoró este lunes 26 de mayo el Día Nacional del Libro con un emotivo homenaje al destacado escritor tacuaremboense Agamenón Castrillón. El evento, que se enmarca dentro de las actividades de la Semana del Libro, tuvo lugar en la Sala Brocco del Centro Cultural Nacional Tacuarembó.
El profesor Santiago Cortés fue el encargado de dirigir el homenaje, destacando la profunda conexión de la obra de Castrillón con la identidad y el sentir de su tierra natal. «Leer a Agamenón es sentir que nos ha tomado de la mano y nos ha trasladado al Local Sopas o al mismo galpón del Varón», expresó Cortés, resaltando la habilidad del autor para plasmar en sus escritos las voces y expresiones propias de sus coterráneos.
Un momento significativo de la jornada fue el descubrimiento de una fotografía de Agamenón Castrillón, que desde ahora formará parte de la prestigiosa Galería del Patrimonio del Centro Cultural. Este gesto busca perpetuar la memoria y el legado del escritor para las futuras generaciones.
Además del homenaje, se llevó a cabo una maratón de lectura en honor a Castrillón, permitiendo a los presentes sumergirse en sus relatos y poemas. La actividad contó con la participación activa de familiares del escritor, estudiantes del Liceo Nº4, la Escuela Nº13 y del Liceo Militar, así como de un público general que se acercó a compartir este tributo.
Cortés también enfatizó la doble vía en la obra de Castrillón, donde el autor recoge primero las voces y giros propios de las oralidades de sus paisanos y los vierte en la escritura para luego volver a verter lo escrito en sonido con la puesta en voz de su obra”. Subrayó la importancia de las lecturas y performances impulsadas y organizadas por el propio escritor, tanto dentro como fuera del país, como una forma de dar vida a sus creaciones.



Biografía del escritor
Yamandú Agamenón Castrillón nació en la ciudad de Tacuarembó el 7 de octubre de 1954. Era el menor de ocho hijos de un matrimonio oriundo de Carumbé, zona rural del Departamento de Salto. La familia del escritor vivió hasta su infancia en dicho lugar, hasta mudarse a la ciudad de Tacuarembó, en una vivienda entre las calles General Rivera y Olimpia Pintos. Asistió a la Escuela N°2 y luego al Liceo Departamental N°1, donde tuvo como profesores a los escritores Washington Benavides y Circe Maia.
Una vez finalizado el secundario, comenzó a cursar la carrera de Magisterio, opción que dejó por reconocer que no tenía la vocación para la misma. En 1975, ya el país en Dictadura, se va a Montevideo para estudiar el Profesorado de Historia. En esa ciudad, vivió en los barrios; Cordón, Ciudad Vieja, Cerro y por último Soriano. Trabajó durante 40 años en la empresa Estudio Posada e Hijos, donde llegó a encargado de recursos humanos. También estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación y una Tecnicatura en Recursos Humanos. Falleció el 9 de enero de 2021.
Obra literaria
En la década de 1980, Agamenón cofundó la influyente «Revista Uno en la Cultura» junto a Gustavo Wojciechowski y Héctor Bardanca. Este trío, junto con otros poetas, no solo dio vida a la revista, sino que también formó y sostuvo el «Grupo Uno» y su brazo editorial, «Ediciones de Uno». Agamenón dejó un legado literario que incluye títulos como «Perzonas» (1982), «Trece instrucciones y una traición sobre el indio de la Banda Oriental» (1985), galardonado con el Premio de la Cadena en 1989 por «El aviador de la bahía», «Cuentos de El Barón de Carumbé» (2002), que recibió el tercer premio compartido de Narrativa del MEC, y «Costas de la Aldea» (2009), entre otros. Además de su obra escrita, Agamenón incursionó en la composición de letras para canciones, las cuales fueron interpretadas por varios artistas destacados del cancionero popular uruguayo. En 2019, la editorial Yaugurú publicó «Todo asunto», una completa antología que recopila tanto textos ya publicados como aquellos que permanecían inéditos.
«Fue una vida dedicada, en las fronteras de lo posible, a la escritura. Tuvo sus momentos de nativismo pop, de concretismo costero, de provocación urbana con intermitencias performáticas», escribe Roberto López Belloso para La Diaria en 2021, recordando la figura y obra del escritor ahora homenajeado.
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