Conecta con nosotros

Vidas

Cultura: Entrevista al retratista Leonardo Gularte

Publicado

el

Fue un martes en la tarde que nos vimos las caras con el retratista Leonardo Gularte (39 años). Gularte me esperaba afuera de su casa, yo andaba perdido con el mapa de Google del celular, hasta que vi al artista con brazo en alto señalándome. Me acerco y veo perros jugando con él. Me saluda con gran amabilidad y me invita a entrar a su casa. Me comenta que anda con un mate a medio tomar, pone la caldera a calentar mientras yo tomo asiento. Lo primero que veo es que la casa está impecablemente decorada, tanto el mobiliario como el decorado tienen un sentido estético. Lo que me recuerda lo que dijo el escritor español Fernando Sanchéz Dragó: «El hogar debe ser el templo de las personas». Veo libros, utensilios de dibujos, una guitarra, una bicicleta retro, y todo en perfecto orden. Gularte se acomoda en la silla con mate en mano.

-¿Cuándo comenzó el trabajo como retratista? ¿Fue desde la infancia?

-La primera vez que realice un retrato  fue cuando tenía 15 años  y en ese momento me di cuenta de esa sensación de bienestar que me provoca todo esto. A parte, en ese entonces, nacía de una necesidad de querer retratar a mí viejo (padre), chiveando un poco con las cosas que había aprendido en Dibujo (asignatura) en el Liceo. Tuve una muy buena profesora de apellido Gómez que me enseñó, en conjunto con el  programa de la asignatura del Liceo, ejercicios  suyos cuando había estudiado Dibujo y,  eso me abrió una puerta al retrato.  

Después me hice de un libro (señala al libro sobre un escritorio de su sala) que es un tratado de la pintura de toda la obra de Leonadro Da Vinci. Por supuesto que al comienzo tenía 14 años y no podía leer semejante libro, pero empecé a ojearlo, a copiar los dibujos que tiene  tratando de entenderlos, lo que siempre me conducía al final al retrato.

-¿Es algo que viene de la infancia el ser artista?

-Las personas a muy corta edad lo primero que hacen es dibujar. Los niños buscan expresar su mundo mediante el dibujo, independiente de la motricidad ese dibujo será perfecto. Lo que pasa, es que los gurises empiezan a hacerse grandes, comienzan a hacer otras cosas y algunos cortan el hilo que en muchos marca su vida a través del dibujo. Y es que después, bueno, hay que laburar, formar familias, encarar la vida y te olvidaste de todo eso.  Lo que sucedió conmigo es que nunca se me cortó ese hilo, siempre hubo una instancia en cada momento de mi vida donde necesite dibujar, por eso hoy dibujo y me acuerdo de las cosas que sentía desde niño. Cada vez que dibujo siento exactamente lo mismo. Yo no dibujaba y escondía el dibujo, se los mostraba a mis padres como críticos inmediatos de quienes siempre obtenía aprobación. 

Ahora digamos que hago lo mismo solo que busco un medio más aparatoso que es montar exposiciones. Y en definitiva busco lo mismo, la aprobación del espectador o desaprobación ¿por qué no?, y sobre esto último; le encuentro un mismo valor, todo es cuestión de contrastes. Entonces, sigo buscando aparte de una expresión, esa cosita de la aprobación de la gente, que te diría que va más con el ego. Creo que es el denominador común en todo artista.

-Pero estoy seguro que tienes mucha más aprobación que desaprobación. ¿No es así?

-Podría ser porque lo que hago no es nada que rompa paradigmas. No voy contra la cabeza  de nadie. No es el cometido del retrato. Tal vez que en algún momento, alguno me calificó como “el que retrata a negros, viejos o a los indios”. Pero nunca lo ví como otra cosa más que una definición misma de mi trabajo que ha ido tomando muchas formas. 

Mi trabajo en esencia consiste en contar historias a través del retrato. Por eso gran parte de mi obra consiste en retratos de amigos que voy conociendo por el mundo y la vida. Lo que cuento a través de ellos difícilmente tenga lugar a una “desaprobación”.

-¿Fuiste a algún taller?

-Nunca, pero hubiese sido grandioso seguro hubiera enriquecido mi camino. Pero no se dieron las circunstancias. 

-¿Eres de investigar lo que hacen otros artistas, ya sean locales o internacionales?

-Sí claramente investigo, y mucho, pero no me siento dentro de una corriente o “ismo”. Solo sé que me gusta hacer retratos, es casi como una necesidad que busca alimentar mi espíritu. Pero te cuento que ahora hay un resurgimiento del retratismo -y hete aquí lo ambiguo porque hablamos de un “ismo”- que había perdido su valor con la aparición de la fotografía (Finales del siglo XIX). El retrato fotográfico se popularizó y mecanizó dando la posibilidad de llegar a todas la clases sociales y el retrato por encargo a un artista de a poco comenzó a quedar en desuso. Hay un nuevo resurgimiento del retrato pictórico, así como una nueva forma de compartirlo al mundo que a través de las redes sociales. Estas han permitido tener tanto un espacio para exponer con un alcance inimaginable.  

En Montevideo hay grandes retratos pero en murales urbanos

-Sí, pero eso es bien del sur. Podes encontrar algo en San Gregorio. Acá en Tacuarembó nunca hubo eso. Al menos en mi época de adolescente era algo que considero sería muy caro, era más fácil tener un lápiz que una lata de spray. Entonces lo que te quedaba acá era dibujar en las cuadernolas  del liceo y ocupar algún que otro papel garbanzo de dibujo. Por eso creo que no se desarrolló el retrato en mural, además de la propia idiosincrasia de Tacuarembó, tan conservador que me ha hecho imaginar que San Gregorio es un universo paralelo, una realidad alternativa.

-¿Qué utensilios y materiales tienes ahora para hacer tus retratos?

– En mí caso he ido incorporando un montón de herramientas según lo que fuera consiguiendo y fuera probando. Por ejemplo, (se levanta de la mesa y me invita a entrar a otra habitación para mostrar sus materiales) diversos tipos de pinceles, lápices,  carbonillas, polvo de carbón, polvo de sepia, carbón compactado, también tengo un invento mío (lo toma) que es un lápiz con una extensión no para tocar las hojas con los dedos. Y de ahí hago estos retratos ( empieza a mostrar sus trabajos ) que están en hojas de 35 x 50. 

¿Cuánto tiempo te lleva hacer uno de estos retratos?

-Quizás un día entero y de sumar las horas serían unas 10 horas. Para hacer esto (toma uno de sus retratos) puedo arrancar tranquilo de mañana con un mate y terminar en la noche. Lo que pasa es que con el ojo la primera vez uno no ve los detalles (agarra una lupa y una fotografía). Por ejemplo, en esta foto veo cada vez más detalles que los incorporo  en el retrato que estoy ahora haciendo. Llega un momento que terminas porque ya no ves más nada. Ya el ojo captó todo lo que pudo. Hay momentos en donde me detengo de trabajar y salgo hacer otras cosas, y cuando vuelvo observo otras nuevas.

-¿Que vendría a ser el retratismo?

El primer cometido del retrato,  desde su génesis con las monedas persas, saltando al retrato escultórico en la época romana, es representar un momento un estado emocional, pero sobre todo la apariencia visual de un individuo. Hay muchas obras famosísimas como para explicar el retrato desde Leonardo Da Vinci, Rembrandt y  Van Gogh. Pero por alguna razón elijo siempre poner como ejemplo el retrato de Paco de Lucía hecho por Oswaldo Guayasamín, te das cuenta que toma los rasgos principales con los que rápidamente capta la esencia; es una cara alargada con rasgos exagerados. El artista  supo captar las líneas del rostro para quién lo vea diga que es Paco de Lucía. Lo mismo lo puede hacer un caricaturista, o un tipo en un juzgado dibujando la escena. Lo otro, que no es menos importante, es el detalle que es lo que genera más diálogos de comunicación con la persona que está mirando. Las imperfecciones también son parte importante de la obra cuando no evidencian una inhabilidad.

-¿Tienes  talleres a tú cargo?

– Tengo un taller ahora, sí. Comencé en 2018 en la Cátedra Washington Benavides (Tacuarembó). Después me trasladé Club del Libro donde estaba ubicada la biblioteca de Tomas de Mattos antes de ser trasladada a la biblioteca nacional, donde nació otra propuesta con un estilo de taller diferente, de la mano de Matilde Vera, quien me dió las herramientas para darle un giro a la dinámica de las clases en 2019, que junto a mi propia y particular naturaleza de comunicarse con los talleristas daría lugar al nacimiento de una forma sin precedentes en Tacuarembó de dar clases de dibujo. Luego hubo un breve impás por la pandemia, en 2020 y en 2021 retomó después que la cosa se despejó. Ahora sigo con mi taller con la misma dinámica, con una convergencia de edades y personalidades vastas que por sobre todas las cosas conforman un grupo humano de total excelencia que se enriquece a través del intercambio.

-¿ Qué va a esperar un alumno que venga tú taller?

-(Toma un sorbo de su mate y se acomoda de nuevo en la silla) Algunos al principio esperan a que yo mágicamente le enseñe a dibujar. Luego comprenden que el resultado responde a un montón de factores. Hay personas que por una cuestión de psicomotricidad o cómo se mueven en el espacio, no van a aprender a dibujar como quisieran o imaginan.  Yo no le puedo enseñar a una persona de edad avanzada que abandonó el dibujo  desde niño, que cortó ese el hilo como te comentaba, de la misma forma que a alguien que siempre tuvo una continuidad en ese ámbito. Lo que esa persona va a hacer es volver a descubrirse y a sentir esa pasión por el dibujo sin importarle el resultado. Esa persona habrá descubierto el sentido del dibujo, esa persona habrá encontrado alimento para su espíritu inquieto y hambriento de expresión.  El taller funciona desde 2019 martes y viernes, y sábados con los niños. Hubo en varias oportunidades adultos que a los sábados llegaron con un trabajo en proceso para que les ayude a darle un avance que los sacara de este atasco creativo en el que se encontraban. Eso era hermoso. 

-¿Puedes explicarme más del funcionamiento del taller?

-El alumno que recién arranca,  lo saco rápidamente por la manera que dibuja. Me hago una idea , me armo una imagen abstracta de lo que eres, viendo el último dibujo tuyo. Aunque no recuerde a la siguiente clase tú nombre, te identifico por tú último dibujo. Tengo una carpeta llena de ejercicios, más de 1000 imágenes, todas desordenadas pero en mi cabeza sé dónde están esas imágenes y se que es exactamente lo que necesitas para ir avanzando. Cada compañero avanza de manera y ritmo distinto según su propia naturaleza. Los sábados, que son los días que vienen los más chicos de mis alumnos, son como bajar a lo más primitivo. Es volver a la niñez, es renovación del alma. Benditos sean los sábados a la mañana y benditos sean esos niños que lo resetean a uno. ¿Viste cuándo te vas a campaña o al monte? Es como volver a cuestiones primitivas y lo siento así. Yo me entiendo muy bien con ellos, nunca dejé de ser el niño que dibuja, y también los entiendo a través del dibujo.  Y dependiendo de la edad, tendrán ejercicios acordes a esta.

¿Has realizado exposiciones en otros lugares?

-Tengo una exposición permanente en la torre del Cuartel de Bomberos, que consiste en diez retratos que representan a los directores nacionales de bomberos que ocuparon el despacho de esa dirección a partir de que la institución pasa a pertenecer al ministerio del interior y ocupa el cargo el primer director que es bombero. Siendo antes, que perteneciendo al ministerio de defensa, era nombrado para el cargo, un jerarca militar, ajeno a la actividades bomberiles. Expuse en el Prado en 2019 una muestra que se llamó Tacuarembó con los pies descalzos. En Punta del Este, en Pueblo Gaucho, siempre con la misma impronta, armar una historia a través de una serie de retratos. 

Expuse en Buenos Aires junto a otros artistas de Tacuarembó. Ahora tengo  una exposición en  el Quiosco  de Cabesas Bier en el Balneario Iporá que se llama Alter Ego – Céntrico una muestra comprendida por trece retratos de amigos que he hecho trillando por la vida y cuyas historias han hecho que me vea a mi mismo viviendolas cada uno de ellos es mi yo alternativo, en un imaginario, que es un estado que ocupa gran parte de mi vida de soñador. Hay un juego de palabras en el nombre de la muestra que termina en realidad resumiendo todo y es lo que te decía al principio, al artista lo mueve un ego que muchas veces redunda en un egocentrismo que lo convence de que lo que hace es tan importante y bueno que debe ser mostrado.

-¿ Me podés contar más en detalle la experiencia de haber retratado a la poeta Circe Maia?

-Es una de las historias más lindas que atesoro. Teniendo como antecedente la creación del retrato de Washington Benavides, en algún momento se me ocurrió que sería importante retratar a los exponentes de la cultura de Tacuarembó. Es por eso que mi siguiente retrato sería el de Circe. Una compañera del taller, Susana Fernandez, que es su amiga, fue quién me generó el contacto para reunirme con ella. Fue una mañana de fines de abril o principios de mayo de 2020, ella me esperaba en su casa.  Nos fuimos a su jardín en el patio trasero; entre charla y reconocimiento de plantas buscábamos un lugar dónde conjugaron las luces y sombras que darían lugar  al contraste que luego se traduciría en el retrato. Ella sabía exactamente lo que yo buscaba, así que fue adoptando las posturas muy naturalmente, al tiempo que me sugería y daba diferentes opciones. Tomé algunas fotografías que luego utilizaría para el retrato. La mañana del 16 de mayo de 2020 estaba nuevamente en su casa con el cuadro abajo del brazo, envuelto en un jergón. Estaba Ananira su hija, sus nietos Julian y Elisa y Susana su amiga, e hicimos como una especie de parodia ceremonial donde le hacía entrega de su retrato. Tengo una foto del momento en que ella se encuentra con su otro yo en sepia y que es el registro del momento más mágico de esa mañana.

Continuar leyendo
Click aquí para comentar

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Vidas

El padre René: Ayudar sin mirar a quién

Publicado

el

Por Maico Pintos|

René Da Silva es sacerdote desde hace 23 años. Tacuaremboénse nacido en Curtina, hace 5 años trabaja en la parroquia Santa Cruz que queda el centro de la ciudad. Está encargado de la Pastoral social, medio por el cual la iglesia se hace presente en la sociedad. Atiende merenderos en los barrios Artigas y Godoy donde mantiene contacto con familias carenciadas. Su trabajo además consiste en formar parte de las reuniones donde asisten diferentes organizaciones de carácter social.

René conoce muy bien los pueblos del interior, desde el año 2000 le ha tocado vivir en  varios de ellos: Curtina, Paso de los toros, Vichadero y  Rivera. De Tacuarembó destaca la solidaridad de la gente y su sentido de comunidad: “ Es como un gran pueblo porque hay cosas que las viví en Curtina y que las vivo acá, y entonces se da esa relación muy linda con la gente en el día a día.”

Varios organismos de la ciudad se reúnen periódicamente, en un intento por trabajar integrados, en la búsqueda de soluciones para las problemáticas sociales. Antes de tomar decisiones deben enterarse, en un intercambio mutuo, de distintas realidades; unas más urgentes, otras más complejas.

René Da Silva participa de esos encuentros, y nos dijo al respecto: “hoy en día no se trabaja solo, sino que tenemos que trabajar en red. Trabajamos coordinados con Mides, la Policía, Servicio social de la Intendencia (IDT), con los diferentes instituciones que están aportando herramientas a estas personas en situación de vulnerabilidad.”

“En salud mental tenemos Proyecto Puente que si bien es un proyecto independiente y gratuito, completamente honorario, trabajamos con otras instituciones y formamos parte de la Mesa de prevención de suicidio al nivel departamental donde hacemos un trabajo en conjunto.”

“..el trabajo social es muy difícil si no lo hacemos en conjunto y coordinadamente”

Ante la pregunta de si en algunos casos la iglesia hace de nexo entre las personas que están pasando por un mal momento y las autoridades a cargo de encontrarles solución nos respondió: “De hecho siempre estamos siendo un nexo. La pastoral social, que está conformada por varias personas, no solo yo, hace de nexo con las autoridades departamentales acerca de las situaciones que viven nuestros hermanos.

 Aquí en la parroquia existe una red de recursos que hace un tiempo se fundó. Allí están varias instituciones que trabajan el tema de adicciones: Amor exigente, Proyecto puente, Junta nacional de drogas, Ciudadela, Alcohólicos anónimos, Narcóticos anónimos.”

El 8% de los hogares de Tacuarembó se encuentra debajo de la línea de pobreza según datos de la Encuesta Continua de Hogares de 2021

Según datos del Censo 2011, el 45,2% de las personas tiene al menos una Necesidad Básica Insatisfecha (NBI).

Entre los actos de beneficencia de la Pastoral social está el acercar alimentos a los que más necesitan. Reciben donaciones de alimentos no perecederos y con ellos arman canastas que van a entregarse a familias de la zona o en los merenderos de los barrios Artigas y Godoy:

“Con la donaciones de las personas es que sostenemos los dos merenderos y hacemos las canastas para las familias necesitadas. Todo es gracias a la comunidad, siempre nos apoyan con esto de conseguir alimentos, lo armamos nosotros y se lo entregamos a nuestros hermanos de la pastoral social.”

En mayo de este año cuando las inundaciones en Río Grande del Sur eran noticia en todo el mundo por su gravedad se creó una campaña para que a través de la parroquia se pudieran hacer llegar donaciones a los damnificados en Brasil. Hablamos con René sobre eso y nos dijo: “Dos chicas de Río Grande que estaban estudiando en la Universidad de Tacuarembó nos pidieron ayuda y con ellas hicimos una campaña de recolección de alimentos, agua, comida para perros. Fue impresionante, llenamos un ómnibus de INIA que fue quien se ofreció para llevar las cosas”

Consultado sobre los orígenes de Proyecto Puente René comenzó diciendo: “El proyecto Puente Esperanza nace en Paso de los toros en el año 2005. Yo era un cura muy joven y Paso de los toros se vio asediada en el año 2004 por una infinidad de suicidios en cadena. Nadie sabía cómo actuar en ese momento, nos tuvimos que juntar en sociedad para plantearnos qué hacer, porque no podíamos seguir permitiendo que la gente se quitara la vida y no poder hacer nada.”

El padre René Da Silva, junto a otras personas que querían empezar a entender la depresión y cómo actuar en episodios de crisis, fueron formados durante 3 meses por el psiquiatra Horacio Velázquez y la psicóloga Andrea Machado en Paso de los toros:

“Desde el año 2000 hasta ahora comenzó el proyecto Puente; Puente Esperanza es el de Paso de los toros; el Proyecto Puente es de acá. Tienen formatos distintos.”

“Cuando llego aquí en 2018 empiezo a ver que había un índice de suicidio muy elevado para la población de Tacuarembó. En el año 2020 pensamos hacer algo juntos con el psicólogo Ernesto Martin Santana -que tenía experiencia abordando este tema- y yo le plantee: ¿qué te parece Ernesto si hacemos talleres para desmitificar? El accedió, empezamos a armar talleres y justo ahí apareció la pandemia del Covid. Nos dieron un espacio en la radio, la 90.3. Allí estaba Daniel Adib que nos dio una mano tremenda con el programa El ascensor. Todos los viernes íbamos al Ascensor y estábamos una hora hablando sobre diferentes temáticas, pero sobretodo la prevención del suicidio.”

Las reuniones de los grupos de ayuda mutua son todos los miércoles a las 19hs en los salones de la parroquia, entre Jaime Ros y 18 de Julio. René nos contó que el miércoles anterior se habían sumado 5 nuevas personas al grupo. Acerca de las condiciones en que acuden las personas el párroco nos dijo:

 “ algunas llegan al borde del suicidio, sufren depresión, soledad, angustia, etc. Han pasado más de trescientas personas por este grupo. Es honorario, anónimo y confidencial, lo que ahí se dice ahí se queda.”

Además existe la posibilidad de recibir atención individual por una de las psicólogas del proyecto que atiende dos veces al mes en los salones de la parroquia.

 También está el llamado Grupo de la convención, apoyo para aquellos familiares que han perdido seres queridos por suicidio. 

El proyecto además brinda talleres, sobre suicidio y temas relacionados, a grupos e instituciones que lo soliciten.

La promoción de la salud mental tampoco escapa a este proyecto. “Arte y Alegría” es uno de los cuatro pilares de Proyecto puente, René lo describió así:

“Dos maestras- Maria Ines Silva y Olga Sanchez-, y nuestra psicóloga Maria Noel armaron lo que es Proyecto Puente: Arte y Alegría que consiste en que una vez al mes, aquí en el salón de la parroquia, se convoque a todas las personas solas y adultos mayores para hacer talleres de yoga, danza, teatro, candombe. Tienen una merienda compartida y después un baile.”

Sobre la plaza de la cruz, justo enfrente de la parroquia, hay una placa recordando al cantautor Eduardo Darnauchans. Su padre, el Dr Pedro Darnauchans, trabajó en Curtina varios años. Fue allí donde atendió a René Da silva cuando todavía era un niño:

 “Yo a los quince años quería casarme y tener hijos, y ser médico. Quería ser médico porque quería servir. Veía que era una profesión que me gustaba mucho porque yo tenía como ejemplo de médico al Dr Darnauchans. Si será importante el trato de alguien que hasta te llega a genera el deseo de una vocación, y él me despertó a mí el deseo de ser médico, por la manera de ser, de estar.”

Pero terminó decidiendo que serviría a las personas desde otro lugar, fue entonces que comenzó el seminario para convertirse en sacerdote.

 Recordando a su madre, René nos aseguró que fue a su lado donde nació esa inclinación a servir:

 “Esto de servir a los demás surge de mi mama. Yo siempre digo, mi vieja crió 11 hijos pero ella siempre nos decía: hay que poner un poco más de agua para el que viene en camino. Siempre nos enseñó que había que aportar algo al que necesitaba.

Entonces, nosotros también como cristianos, estamos llamados a dar la vida, va por ahí. Uno trata de servir al otro por amor, no por conveniencia. Lo que hacemos nosotros no es esperando recompensa, lo que hacemos no es para figurar, lo que hacemos no es buscando un lugar político de privilegio, de prestigio.

Si alguien da un servicio tiene que darlo en silencio y de corazón”

Nota de Periodismo Cultura

Continuar leyendo

Vidas

La experiencia de un tacuaremboense en las inundaciones de Río Grande do Sul | Viaje al fin del capitalismo

Publicado

el

It’s the End of the World as We Know It (And I Feel Fine) REM

Por Mario Fagúndez|

Desde la comodidad del hogar, las tormentas son hermosas. Ese despliegue técnico entre nubes que se descargan de energía y el suelo, iluminando todo por un segundo, es un espectáculo que a mí personalmente me fascina. Pero atravesar una ruta por el sur de Brasil mirando rayos que caen delante mío, rayos que van de este a oeste a todo lo largo del horizonte sin ningún otro vehículo a la vista, con pronóstico de lluvia para una semana más y con noticias de que esa misma tormenta destrozó un tramo de otra ruta, es una experiencia que no recomiendo para nada. El auto avanzaba valiente a pesar de la lluvia, los rayos caían intensamente y mi corazón palpitaba de miedo. Luego de varios kilómetros la tormenta se calmó, la ruta se volvió autopista, paré en una estación de servicio a recargar combustible y a comprar algo para no dormirme.

Mi vuelo era a las 5 de la mañana y tenía previsto llegar a Porto Alegre a la 1 a.m. Terminé llegando a las 2. Cuando estaba en la zona del aeropuerto un auto delante mío dejó un lugar libre y por un momento pensé en dejarlo allí. Qué podría pasar, si mi viaje era de solo 5 días, esa madrugada era 1 de Mayo y tenía previsto volver el 6?. Decidí que lo mejor era continuar el plan y dejarlo en un estacionamiento que tenía contratado, unos metros más adelante. Cuando llegué me asignaron un lugar en el último piso, al aire libre. Dos días después seguía por las redes las imágenes del aeropuerto inundado, en el que apenas se veía el fuselaje de un avión tapado de una sustancia chocolate, mezcla de agua y barro y justo la toma pasaba por el estacionamiento en que se podía intuir en el último piso la mancha borravino del Tercel valiente que me había llevado sano y salvo hasta allí.

Foto panorámica de Porto Alegre desde un avión hecha por Mario Fagúndez.

Un fenómeno natural es un fenómeno natural, una tormenta puede durar dos días, tres, una semana continua, pero ya que dure 20 días de corrido con lluvias cada vez más intensas es algo que no es fácil de prever. Pero aún más si a esa tormenta le sumamos una orografía proclive a la formación de cañones en donde el agua se acumula y sale como una estampida, una política ambiental que permite todo tipo de disparates tales como edificios en zonas inundables, monocultivo, desmonte, urbanizaciones sin fundamento alguno y solo estimuladas por el lucro, políticos corruptos y un estado ausente al que solo le importa la gente que puede pagar impuestos, tenemos la herramienta perfecta para la destrucción de una sociedad.Estamos en un momento bisagra de la evolución humana en el que la sociedad se está destruyendo no por las acciones de los malos sino por la pasividad de los buenos. Esa cita de la que no tengo referencia actualmente quién la dijo ni tampoco tengo paciencia para salir a buscar al autor es lo que define lo que está aconteciendo actualmente en Brasil.

Pocas veces vamos a tener la oportunidad de ser testigos de un evento tan importante a nivel global. Es como haber presenciado la llegada del katrina a Nueva Orleans o haber visto como el mar lentamente se levantaba en Indonesia. Las consecuencias fueron catastróficas. El huracán Katrina alagó 2,4 mil kilómetros en Nueva Orleans, mientras que las inundaciones en Rio Grande do Sul alagaron 3,8 mil kilómetros.  En Río grande do Sul hubo 149 muertes, mientras que el catrina se cobró 14 vidas. A los estadounidenses les llevó 10 años recuperarse. De la catástrofe en el sur de Brasil no han pasado 10 meses pero todo el mundo hace de cuenta que nada pasó. Mi avión salió en hora, llegué a mi destino y allá me enteré que los vuelos estaban suspendidos porque el aeropuerto estaba bajo agua. No solo el aeropuerto, la mitad de la ciudad de Porto Alegre estaba inundada. Poco a poco se fue sabiendo que la ciudad, otrora modelo de urbe, contaba con un sistema de bombas de las cuales ninguna funcionaba porque la prefectura no había hecho los mantenimientos correspondientes. El gobernador del estado, afín a Bolsonaro y contrario a Lula, salía constantemente en mi feed de Instagram vestido con un chaleco naranja y azul pidiendo precaución a la población. Las alertas eran constantes.

Las imágenes eran desoladoras. Una ciudad entera tuvo que ser evacuada. Miles de empresas perdieron toda su materia prima. En el medio de aquel caos se organizaron milicias privadas que patrullaban los edificios en lanchas. Un caballo se mantuvo en pie durante casi una semana, sobre el techo de un galpón. Su rescate fue transmitido en el Jornal Nacional. Uruguay mandó ayuda humanitaria, Lula desembarcó en un aeropuerto militar, todo el mundo le echaba la culpa, se propagaban Fake News y seguían apareciendo en mi feed prefectos y gobernadores con el colete naranja y azul. Porto Alegre (POA) fue construida en las márgenes del río Guaíba, es un punto estratégico pues sus anchas vías navegables lo convierten en el enclave perfecto para canalizar la producción agropecuaria de la zona. En su momento fue considerada una ciudad modelo.

Foto de un local comercial de Porto Alegre luego de las inundaciones. Autor: Mario Fagúndez.

Río Grande do Sul es el 5to estado más rico de Brasil. Nada de eso impidió que la naturaleza hiciera lo suyo. Según los expertos, una corriente húmeda proveniente de la Antártida se cruzó en la zona de las cataratas de Iguazú con una corriente seca proveniente del Amazonas, afectada en ese momento por una sequía extrema. Los expertos lo habían previsto hacía por lo menos 10 años y en 2022 el fenómeno ya había casi derrumbado el muro de contención de POA. Pero nadie hizo nada, ni mantenimiento a las bombas de desagote ni nuevas medidas de contención. Mi vuelo fue postergado primero una semana, luego indefinidamente y al fin cancelado. El aeropuerto no estaría operativo hasta por lo menos octubre. Yo disfruté de los días de calma y negocié para hacer teletrabajo de manera indefinida hasta que me exigieron que volviera a tacuarembó. En los días que pasé en Londrina – Paraná, no cayó una gota de agua. Fui al aeropuerto local a cambiar mi vuelo y terminé tomando un avión que me llevó de Curitiba a Montevideo. Al pasar por Río Grande do Sul, bajo el avión se veía una gran nube que tapaba todo el estado. Familiares míos, en la ciudad de Pelotas, decidieron evacuar a mi tía por riesgo de que se inundara su casa, próxima a la Lagoa dos patos, subsidiaria del Guaíba.

Tardé 45 días en recuperar mi auto. Estaba intacto y arrancó al primer contacto de la llave. Tuve que tomar un bus de Santana a Porto Alegre y luego un taxi hasta el aeropuerto que nos llevó por la ciudad devastada, cubierta por montañas de basura pestilente, manchada de barro, con calles aún inhabilitadas. Se veían pasar camiones de basura que llevaban toda la podredumbre a las márgenes de la ciudad. Luego todo siguió, vino el invierno, llegaron las elecciones municipales y el prefecto de la ciudad, el que había dejado a su suerte a los pobladores más pobres, fue reelecto, apoyado en su mayoría por la oposición la Petismo (La corriente política que apoya a Lula). Hasta ahora no he vuelto, no he tenido motivos para hacerlo. La ciudad sigue allí, sus moradores siguen viviendo en la zona inundable, el gobernador sigue desmontando el código ambiental y es solo cuestión de tiempo para que una nueva catástrofe los vuela a inundar. Como dice la canción: “la ciudad sigue con sus brazos abiertos de tarjeta postal, con los puños cerrados la vida real”. Y yo no sé cómo terminar esta crónica, tal vez invitándolos a que se informen, que lean las miles de crónicas del desastre, que traten de salirse del globo que manda y te vigila el decidir, en este mundo en el que sobrevivir es la meta disfrazada, no servís de nada si no para cumplir… El capitalismo llegó a su fin, y si no lo terminamos él va a terminar con todos nosotros.


Continuar leyendo

Vidas

Entrevista a Lucas Sugo: Su infancia en Tacuarembó, el salto al éxito nacional e internacional, su presente

Publicado

el

Por Tito Espinosa|

Hoy mencionar  el nombre del cantante Lucas Sugo (Tacuarembó, 1978), es algo que pasó a una cuestión popular, es un nombre que resuena a nivel nacional e internacional. También, es una historia de superación, del sueño del niño cantor del interior que pasó a ser una voz que cruzó las fronteras, pero antes de eso, como nos señaló el artista: “Siempre el querer caminar, el querer ir para adelante, rumbo a esa meta, rumbo a ese sueño de tener un carrera como cantante”.

Actualmente, Lucas se encuentra trabajando como siempre, un imparable, ahora se da un gusto en su carrera, con “Canciones que Amo”, un concierto donde la mitad del repertorio son sus canciones clásicas y la otra mitad un homenaje a los artistas que han sido inspiración para el hombre nacido en Tacuarembó, nombres como Camilo Sesto, José Luis Perales, Luis Miguel, entre otros, son los elegidos.

Este próximo domingo 29 de octubre, en el Club Democrático, el reconocido cantautor uruguayo como parte de su gira titulada “Canciones Que Amo” dará un concierto. Las entradas las puedes obtener en Red Tickets y en Fresia (Joaquín Suárez 915). Organiza el espectáculo Modo Eventos Viviana Rodríguez, por reservas e información comunicarse al 097 969 554. Portal del Norte pudo tener un diálogo con Lucas Sugo hace unos días, donde nos adelantó sobre su presentación en Tacuarembó y otros temas más de su exitosa carrera.

-Este 29 de octubre vas a dar un concierto en Tacuarembó. ¿Con qué tipo de show se va a encontrar el público ese día?

Es un espectáculo diferente, muy emocionado porque estoy sorprendido de grata forma porque ya los venimos fogueando, como lo decimos en la jerga popular, y nos trae muchas satisfacciones. Lo abordamos en el repertorio y la selección del mismo en la concordancia del título “Canciones que Amo”, donde son canciones que hacen parte de mí y parte de la vida de muchos. Es un espectáculo con un 50 por ciento de canciones habituales que hacen parte ya del tal Lucas Sugo, y el otro 50 por ciento se hizo con canciones que siempre tiene que estar. Si me permiten, estas salvedades en la gira, interpreto canciones de Juan Gabriel, José Luis Perales, Camilo Sesto, Luis Miguel, muchas baladas, y muchos clásicos internacionales que hacen parte de mi formación como cantante e intérprete, que justamente en esta gira me permito eso tan especial y lo celebro. Porque, donde vamos con el tour vemos que la gente se engancha emocionalmente y lo disfruta, y eso me pone contento. 

-Tengo muchas cosas que preguntarte. Cuando tu nombre se volvió muy famoso en la escena musical nacional e internacional, resonaba que eras de Tacuarembó pero que vivís en Rivera. ¿Dónde naciste y te criaste en el departamento?

Yo nací en Tacuarembó y a los dos años y poquito, mamá se mudó a Rivera. Entonces, toda mi vida la hice en Rivera pero obvio que los lazos familiares están por la zona de Tacuarembó que tanto quiero, que tanto estimo. Incluso, tuve poco vínculo con mi familia paterna porque mi padre lo vi tres veces nomás en mi vida, tuve mucho más vínculo con la familia de mamá que recuerdo siempre pasando la sexta sesión, rumbo al Cerro de la Aldea por ahí era la chacra del abuelo, y de ahí el primer acercamiento también, con la familia de los Sugo, dedicados a la empresa de camiones.

-Estuviste de gira hace poco por España y también trabajando con el artista español Álex Ubago, que es super famoso. ¿ Cómo manejas ese salto emocional de ser un artista del interior y pasar a la escena musical internacional?

¡Uy, hermano! Emocionalmente hablando es muy fuerte. Este camino siempre se trató de un sueño, del sueño del niño cantor, del gurí que se crió en el interior del país que veía que las oportunidades lo veía cuando prendía la tele pero no lo veía en sus entre  manos, y entre al concreciones artísticas. Pero gracias a dios siempre tuve mucho apoyo de parte mamá, yo me crié solo con ella. Y siempre el querer caminar, el querer ir para adelante, rumbo a esa meta, rumbo a ese sueño de tener un carrera como cantante. Felizmente, las cosas en estos últimos tiempos se han dado y han tomado una dirección, reconozco, importante que me llena de orgullo y que también de alegría, de decir: “¡Wow!” Viste cuando algo cuesta tanto, tanto, que cuando llega lo valoras mucho. Y esta carrera se nutre de eso, de honestidad, de lo que siento, del respeto hacia el público que me lo gané y del profesionalismo.

-También tienes esa faceta, por decirlo de algún modo, como conductor de un programa como es La Voz. ¿ Cómo manejás ese lado didáctico del cantante?¿ Qué cualidades debe tener un cantante para hacer una carrera musical?

Lo más importante me parece que es la cuestión de la disciplina, de la actitud. Porque muchos, quizás, están arrancando por esto de tener talento para llegar pero no solo con el talento se llega. Es mucho más una cuestión de perseverar, uno se tiene que enfocar todos los días y trabajar ese sueño, no quedarse en la emoción de la resignación. Siempre en la vida hay que remarla, con valores, con buena ley, por el lado de querer aprender, de no necesitar pisar al otro para llegar, sino que uno tiene que sacar del fondo esa entereza para seguir. Por lo tanto, es muy importante el talento, pero mucho más la disciplina  y la actitud.

-En esa disciplina que hablás: ¿Cómo es el día a día de Lucas Sugo? ¿Me imagino que tiene horas para cantar, para componer, para ensayar, y las giras con una agenda particular?

La organización en la vida es fundamental, es una disciplina constante. El tener horarios para todo. Por eso yo sigo estudiando, tengo una vocal coach, que es una profesora de canto. Tengo un estudio de grabación en Rivera donde grabo y donde también estudio, porque me parece que eso es clave en la vida, el siempre querer aprender más. También tengo mis tiempos para mi familia, para compartir con mi pareja, con mamá, con mis hijos. Donde vivimos es una zona rural, donde tengo unos caballos, unos perros, donde me encuentro conmigo también. Con las giras es otra cosa, todo es atípico, porque depende de los horarios de llegada de viaje de los espectáculos, de las pruebas de sonido, de las entrevistas que tengas que hacer. 

-¿Su aprendizaje como músico fue de odio o podría decirse académica?

Sí, yo estudié en el conservatorio pero también de oído.  Ambos van de la mano, porque a veces se piensa que una cosa no es compatible con otra. Incluso, me ha pasado cantar en los tiempos de los bailes donde había que sacar un tema escuchando un cassette, porque no había partitura para eso. Entonces, todo eso sirve para la formación como músico y debo aconsejar que el deseo de superarme me ha ayudado mucho.

-Veo tu canal de Youtube y hay más de 700 millones de reproducciones, es 1 de 10 personas en el mundo que escucharon un tema tuyo, medido en el global. ¿Qué impresión te da eso?

Muchos artistas optan por no pronunciarse tanto de eso, por los números de las redes y está bien. Yo voy por el otro lado, porque lo mío también es un sustento, también es un trabajo donde es importante todo lo de los números, más cuando son números orgánicos, no comprados. Eso más de 700 millones de visualizaciones es de gente, que un cristiano fue y puso el tema de Lucas Sugo, la gente me está regalando la posibilidad de seguir en mi carrera, la posibilidad de seguir en lo que amo que es la música, y es el apoyo afectivo, que tanto se necesita en esta carrera.

Continuar leyendo

Lo Más Visto