Locales
Una idea innovadora ahora es monumento histórico nacional
El 27 de junio fue declarado Monumento Histórico Nacional, el Centro de Barrio N°1 de la ciudad de Tacuarembó, denominado “Uruguay”, inaugurado hace 71 años.
En la década de 1950, se apreció un crecimiento urbanístico bastante acelerado de la ciudad de Tacuarembó, extendiéndose hacia el norte del Río Tacuarembó Chico, sobre el barrio “Juan Domingo López” y al oeste de la ruta nacional Nº5, sobre los barrios “Centenario” y “Don Audemar”. Se procuró intervenir en el funcionamiento urbano mediante la creación de los “Centros de Barrio” durante la administración del intendente Ing. Raúl Goyenola. Se construyeron otras importantes obras de infraestructura como el Estadio y el Velódromo Municipal, otras de carácter social como el Lavadero Municipal para las mujeres que realizaban esta labor a la intemperie en la Laguna de las Lavanderas.
Varias de estas iniciativas corresponden al arquitecto Walter Domingo, influido por el pensamiento del Arq. Julio Vilamajó. Éste en su obra “El arquitecto y la gente” afirmaba que cualquier transformación urbanística debía estar basada en el Barrio como unidad urbanística y social. Domingo dijo que, al comenzar a trabajar en la Oficina de Arquitectura de la Intendencia, “me di cuenta de que sus barrios tenían una “personalidad” muy especial. El núcleo barrial se integraba con personas de distintas categorías sociales, diversos trabajos, pero que tenían una vinculación.”1 .
En el año 1953 se inauguró el primer Centro de Barrio, ubicado en el Barrio Ferrocarril, de la ciudad de Tacuarembó. Fue construido en 1951 con una visión innovadora, partiendo de la base de crear emprendimientos que cubran las necesidades sociales y sean autosugestionados por los propios habitantes del barrio.
En sus comienzos, contaba con los servicios de uso gratuito que atendían las necesidades de lavadero, sala para niños, policlínicas, servicios higiénicos públicos, áreas para deportes, biblioteca. Más adelante la comunidad, fue planteando nuevas necesidades en función de los cambios en el estilo de vida, como ser piscina, comedor abierto a la comunidad, peluquería, sala de informática, parrilleros, etc.
Fue así que el concepto de Centro de Barrio adquirió influencia regional, llegando a ser innovador tanto en nuestro país como en América Latina, adquiriendo valor de referencia urbana, constituyéndose en verdaderos mojones de la ciudad.
El Centro de Barrio es una expresión de encuentro de la sociedad y podría considerarse al Nº 1 “Uruguay”, como el antecesor de los Centros Comunales.
En 1956, tres años después de la inauguración del primer Centro de Barrio, la revista ARQUITECTURA N.º 233 –de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU)– publica una nota del arquitecto Walter Domingo, que acompaña con fotos de la época y con el plano original.
En la nota, el arquitecto, expresa:
TACUAREMBO posee una extensión excesiva en relación con su población (característica general en nuestro país) y se halla rodeada de barrios de escasa densidad, condiciones de habitación malas, sin servicios de saneamiento. La familia vive principalmente del trabajo como jornalero del hombre y de los ingresos accidentales que pueda obtener la mujer (lavados, servicio doméstico, venta de aves, etc.).
El barrio Ferrocarril es el de mayor población (2500 habitantes) con una densidad superior a la de la planta urbana, está separado de ésta por la vía ferroviaria y el arroyo Sandú, que corren paralelos; sus condiciones sociales y económicas son las enunciadas con carácter general, aunque puede considerarse en un plano superior a los demás barrios en las posibilidades económicas de su población.
El deseo de solucionar algunos aspectos del problema que plantean las condiciones de vida enunciadas, llevó a planear un Centro que permitiese desarrollar ciertas actividades en un ambiente adecuado; funcionando bajo la supervisión de una comisión de barrio, elegida anualmente, el Centro cumple funciones de recreación, higiene, trabajo, con un éxito extraordinario que ha superado las más optimistas previsiones.
Solución arquitectónica
Los elementos constitutivos del centro son los siguientes:
Recreación: deportes (basket y volley ball, patín), plaza para niños con campo de fútbol, bochas, baños y vestuarios (que a la vez son baños públicos), Teatro al aire libre con capacidad para 1500 espectadores, Biblioteca, sala para niños.
Higiene: baños públicos, policlínicas (médico, partera, odontólogo, oculista, enfermera).
Trabajo: lavadero para que desarrollen su trabajo las mujeres del barrio que lo deseen, con agua caliente, secador automático, local para planchado, y locales de expendios municipales y particulares.
Todos estos servicios son gratuitos, colaborando los asistentes en la higiene del Centro. La directriz esencial del plan fue, separar claramente las funciones, complementando los diversos locales con el espacio libre que cada uno requería, utilizándose aproximadamente una hectárea
Se utilizaron materiales modestos, eliminando revestimientos costosos y la estructura de hormigón armado no se revocó, se resolvió pintarla, obteniéndose un conjunto de gran sencillez, de color variado, destacándose dos murales del artista Jonio Montiel. Uno de ellos es un relieve en piedra arenisca, ejecutado por obreros locales sobre un boceto del pintor. El otro, es una pintura ejecutada directamente por Montiel en esmalte sobre chapas de hierro y llevadas al horno, logrando la calidad de la pintura al óleo con los colores y brillos característicos del esmalte. Ambos murales son constructivistas y se integran en el conjunto en forma lógica y sobria. Con esos elementos se excluye todo intento de monumentalidad, logrando una escala humana y una correcta adaptación a las variadas funciones que se desarrollan en el Centro.
Cabe finalmente agregar que, el eco favorable obtenido en la población, el interés despertado en autoridades comunales de otros departamentos, han llevado a planear nuevos centros (en Tacuarembó existen dos), existiendo en proyecto un tercer centro de Barrio.
“El centro de barrio. Integrador de comunidades”
En 1987, en una publicación especial de Revista Antropológica, y bajo ese título, el Arg. Domingo escribió:
El primero en realizarse se ubicó en el barrio llamado “Ferrocarril”, que entonces tenía una población de aproximadamente 2.500 habitantes (23) y estaba separada del núcleo central por las vías y estación de ferrocarril. Barrio de zonas de clase media baja y baja, con núcleos de población marginal, bastante heterogéneo desde el punto de vista económico, con poca actividad industrial y artesanal, alto porcentaje de población ocupada en tareas zafrales, y con escasez de servicios de agua, electricidad, saneamiento y pavimento. Salvo la escuela primaria, no existían otros organismos estatales.
El centro fue concebido como un núcleo de servicios culturales, laborales, deportivos y de participación popular en general. Se inauguró en 1953, siendo además un centro de apoyo a la comunidad en reparación de viviendas, servicios, etcétera.
Su primera administración se otorgó a una comisión electa por los habitantes del barrio, definido en sus límites, previamente, por medio del voto secreto. El sistema administrativo funcionó estrictamente un período de gobierno comunal (cuatro años) y posteriormente los acontecimientos políticos fueron reduciendo su autonomía, hasta casi desaparecer el funcionamiento de las comisiones vecinales en los últimos años. No obstante, cuando hace unos cuatro años se iniciaron acciones de promoción social por parte de algunas instituciones privadas y la Oficina de Asistencia Social de la Municipalidad, las comisiones vecinales cobraron un vigor espectacular. (…)
1 Mauricio Riva (2012), Tacuarembó, un pago grande, Fundación Tacuarembó, Montevideo, pág. 60.