Cultura
Comprendiendo a Kurt Cobain
Hablar de Kurt Cobain es hablar de genialidad, rebeldía, tristeza, y de a momentos, de su muerte , o algunos dirán; dudoso suicidio. Cobain tenía 27 años cuando un 5 de abril de 1994, muere a causa de un disparo de escopeta en su cabeza. No quiero detenerme tanto en su muerte, porque los grandes artistas son recordados por su obras, pero en el caso Cobain significa una culminación, una pieza más que acompaña sus canciones.
Hacer el ejercicio de escuchar la canción “Where Did You Sleep Last Night” de su Unplugged con Nirvana y reconocer a un joven que se estaba despidiendo del mundo, es algo que eriza la piel.
La autenticidad es algo que se da poco en nuestros tiempos, no solo por la calidad musical de Nirvana, sino por el hecho que no vendrán bandas de rock que representen a una generación de forma tan clara como lo fue Nirvana.
La generación X fue la última en presenciar al último gran ícono de la cultura rock, al nivel de un Dylan, Lennon, Morrison o un Hendrix.
Usted dirá: ¡qué privilegiados!, pero cuidado…
Los finales de los años 80s y gran parte de los 90s en los Estados Unidos fueron complejos. Los baby boomer empezaban a gobernar , caso Bill Clinton, y la generación X tenía el reto de mantener un trabajo o peor; cómo conseguirlo. Fue cuando las drogas, caso de la heroína, hicieron verdaderos estragos en una juventud que no veía buenos horizontes a futuro.
Nada tenía sentido, las utopías sesenteras propias del hippismo ya no representaban en nada a los jóvenes estadounidenses , y muchos de ellos fueron volcados al nihilismo . En palabras del propio Cobain para la prensa músical: “Soy mi propio vocero. Pasa que hay gente preocupada con lo que tengo que decir. A veces me aterra porque estoy tan confundido como la mayoría de la gente. No tengo las respuestas para nada. “
De ahí las canciones como; “Lithium”, “Smells like teen spirit”, “Polly” , “Heart-Shaped Box” , entre tantas otras, buscan compartir más emociones que ideas propias de cambio, en un sociedad hipócrita que se levantaba como la única posible en un mundo post-Guerra Fría.
Cobain, pese a todo, tenía un espíritu romántico, le gustaba disfrutar de lo sencillo y de tocar para pocas personas. No lo pudo hacer tan a menudo luego del Nevermind. Tenía una extraña afición por comprar artefactos baratos en casas de antigüedades que le hiciera sentir historias detrás de estos.
Gustaba además de la intimidad, fue honesto en cuestiones que eran difíciles de serlo, como en sus adicciones, su sexualidad, su odio a la sociedad de consumo, su critica la industria musical, su desprecio a la discriminación y su honestidad con su capacidad creativa.