Salud
Trastorno de ansiedad generalizada
Por Dr. Hugo Gama|
Lo definimos como la presencia de unos niveles de miedo y de ansiedad muy superiores a los que parecen lógicos en base a la situación que el individuo está viviendo. Con un hecho muy importante, y es que la propia persona se da cuenta de que no es normal lo que está sintiendo, que los síntomas que siente no se corresponden con la situación experimentada.
Entre los síntomas se destaca una sensación de miedo y tensión, que el paciente no sabe atribuirla con claridad a qué corresponde, es decir, que no le encuentra una causa evidente o que justifique esas sensaciones.
Es un miedo intenso, que no se sabe bien a qué es, y que le genera un sentimiento de alarma y de vigilancia permanente.
Junto a esa sensación, que es experimentada como muy desagradable, el enfermo tiene síntomas físicos de ansiedad, como pueden ser: palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo, diarrea, etc.
La aparición de todos estos síntomas juntos, hace que muchas veces el individuo deba dejar de hacer cosas que está haciendo, o directamente no haga las cosas y las evite, para de esa forma también evadir la posibilidad de la aparición de la sintomatología anteriormente mencionada.
Se tiende a pensar que el trastorno de ansiedad generalizada aparece en personas muy nerviosas o asustadizas, pero en realidad esto muchas veces no es así.
Por lo tanto no podemos decir que la personalidad ansiosa tenga que estar siempre presente para que aparezca esta enfermedad. Sí bien es cierto que este tipo de personalidades tiene mayor posibilidad de tener el trastorno de ansiedad generalizado.
También aumenta el riesgo de padecer la enfermedad, el hecho de haber sufrido situaciones estresantes prolongadas en meses o días anteriores.
En cuanto al tratamiento, hay que destacar que tanto lo psicológico como lo farmacológico son muy importantes.
El tratamiento psicológico es relevante porque es una enfermedad que tiene tendencia a las recaídas.
Por su parte, el tratamiento farmacológico, en cuanto a eficacia, tiene respuesta más rápida que el tratamiento psicológico.
|Artículo de La Revista La Estrella de Tacuarembó|