Política

Eber da Rosa sobre Venezuela: deben primar los “principios de no intervención” y de “derechos humanos”

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Por Tito Espinosa|

Eber da Rosa nació en 1956 en la localidad de Punta de Cinco Sauces en el departamento de Tacuarembó. De profesión abogado, supo también  ejercer la docencia en el Colegio San Javier de Tacuarembó. Su primer paso representando al Partido Nacional, fue como Edil en el retorno de la democracia, entre 1985 y 1989. En 1986 fue Presidente de la Junta Departamental. En 1989 fue electo Diputado por Tacuarembó por la bancada del Partido Nacional, entre los años 1990 y 1995. Fue Intendente de Tacuarembó en los periodos de 1995-2000, 2000-2004 y 2015-2020. Asimismo, fue Senador de la República en los periodos 2005- 2010 y 2010 -2015.

Junto a Jorge Larrañaga, integró el Grupo de los Intendentes, que sería la semilla de lo que sería luego Alianza Nacional que, según el propio Eber “quedó inconcluso”. Actualmente ocupa el cargo de Embajador de Uruguay en Venezuela. 

La entrevista realizada a Eber da Rosa fue a mediados del pasado mes de febrero. Me recibió en su hogar, la entrevista fue en su oficina, un lugar amplio con una importante biblioteca. Veo una pila de libros sobre su escritorio, resalta el libro más reciente de Julio María Sanguinetti “La Fuerza de las ideas”. Eber, antes de sentarnos a hablar, me explicó en un recorrido histórico y sociológico  los problemas que acarrea el país. 

-Usted me había escrito que estaba en campaña hace unos días ¿Ese campo es el de Punta de Cinco Sauces donde se crío de niño?

No, ese campo no lo tenemos, lo agarraron los bancos en plena dictadura, en 1982. La crisis dice que fue ese año porque fue cuando reventó, en realidad, el proceso se empezó en el año 79 o 80. Acá uno de los grandes ensayos económicos que se han querido hacer en América Latina, fue el famoso cambio dirigido. A la política de antes de los años 50s, de la época de Luis Batlle, se había establecido un sistema de múltiples cambios administrado por el Estado, entonces, había un cambio para la exportación, otro valor del dólar para la importación, otro cambio para determinados productos, etc. Frente a eso, los blancos llegaron en el año 59 y lo unificaron, para que no hubiese diferentes tipos de cambio y que sea uno solo.

-Usted se refiere al primer Colegiado Blanco.

Sí, entonces fue un paso importante y positivo. Y, a partir de ahí, hemos luchando con un gran drama que ha sido entre la Segunda Guerra Mundial y comienzos del Siglo XXI, que es la caída del gran mercado consumidor que teníamos que era el de Gran Bretaña. Nosotros, lo que se producía, no teníamos problemas porque simplemente lo vendíamos a esa nación, ellos lo compraban todo como la carne, la lana, y nosotros a cambio, les comprábamos materia industrializada.  Pero, en la Segunda Guerra Mundial se cayó Inglaterra, esta se deshizo de su gran imperio y comenzó a achicar sus relaciones comerciales y a nosotros nos empezaban a comprar cada vez menos. Vos mirás la vida de los países, y razonas que no tienen mucho de diferente respecto a lo que es administrar tu casa. A un país que le entran más gastos que lo que le ingresa, obviamente comienzas a tener problemas económicos. Y de ahí comenzamos a subir impuestos y a emitir con la maquinita.

-Se comenzó con la inflación.

Sí, y empezamos a pedir plata de afuera. El primer gran préstamo lo pidieron los blancos al Fondo Monetario Internacional (FMI). Los colorados nos suelen recriminar eso, y en ese sentido ellos tienen razón, pero lo que no dicen es que el agujero había empezado a generarse desde antes. Los blancos se planteaban cómo administrar ese agujero y a su vez ese agujero no era culpa de todos los colorados. En un libro de Sanguinetti (Julio María) explica que Luis Batlle viaja a Estados Unidos y habla ante la Cámara de Comercio  y a todos le dice “miren que si Estados Unidos no empieza a sustituir el rol comercial que tenía Inglaterra en América Latina, lo que va a haber es una creciente pobreza, problemas económicos y como consecuencia de eso: problemas sociales, inestabilidad política, violencia y después dictadura”.Lo cuál fue exactamente el proceso que América Latina vivió. 

-El punto es que somos un país pequeño

El problema, a mi parecer, es que no seamos un país chico, hay países de Europa más pequeños que el nuestro. El punto es que no tenemos gente, somos 3.400.000 y hay proyecciones de que estamos descendiendo. Y eso está agravando el problema social y se lo he dicho a los demás, incluso a los bancos, de que debemos tener una política poblacional. No solamente el problema referido de la tercera edad sino de tener una política territorial. Todo ese asentamiento que vemos por ejemplo en Montevideo, viene de los viejos tiempos de gente que no tenía posibilidades en el campo, no había servicios. El problema es que mucha de esa gente no fue encontrando nicho dentro de la sociedad montevideana, y terminaron en el germen de lo que se generaba los cantegriles.Y esos cantegriles que fueron llamados luego los asentamientos. Entonces el problema pasó a ser en nuestro país, esas poblaciones carenciadas en promedio por madre hay entre 3 y 5 hijos que generalmente se crían en condiciones de vulnerabilidad total. Hay políticas de ayuda, pero va a llevar mucho tiempo y hay que buscar caminos de reubicación en programas de vivienda, en lugares donde exista mayores ofertas de trabajo.Wilson Ferreria decía que “en un país como Uruguay si nosotros no somos capaces de darle una vida digna y decorosa a tres millones y medio de uruguayos, somos unos criminales”.

-Usted habla de problemas de vivienda en los márgenes más pobres, pero también se da en la clase media, que tuvo la posibilidad de estudiar en Montevideo y se quedan allá por las posibilidades económicas  que ofrece esa ciudad. Entonces, en el interior perdemos ese capital humano que es el que desarrolla el país.

Sí, exacto. Ese razonamiento de que “tengo más posibilidades en Montevideo que en el interior” lo hace el individuo, pero lo que no piensa ese individuo es que muchos otros como él, hacen el mismo razonamiento. El problema es que se empieza a complicar, es un tema social. Yo cuando estaba estudiando derecho, año 1975, aprendí que éramos uno de los países con más macrocefalismo del mundo.Y eso se agravó mucho desde entonces. Otro aspecto a destacar, es que en nivel de conocimiento de nuestros jóvenes no tiene idea profunda de nada, como saber de historia y de sociología. Acá hubo un tipo como Raúl Goyenola, que  me llamó la atención que vos me preguntaste por él, porque no es normal que un joven se interese por esas cosas. Este tuvo ideas como intendente transformadoras, otro fue Bernachin, su labor en parte se desdibujó porque le tocó gobernar en la dictadura. Pero fue el tipo que trajo a la Intendencia a técnicos agropecuarios de apoyo a los pequeños y medianos productores. El famoso “comité de crédito” que sigue operando, hoy en 2023, es una gran ayuda para hacer todo tipo de mejoras, como pozos de agua, vacas lecheras, ovejas, etc.

-¿Cómo era Tacuarembó antes que usted asumiera por primera vez como Intendente? 

Tacuarembó está teniendo, y no digo que estuvo, sino que digo que está teniendo una progresiva transformación. Tacuarembó antes era una ciudad fruto casi exclusivamente de ganaderos y había muy poca actividad. Recién en los años 60s  cuando Secco Aparicio crea el Frigorífico, empezaron a aparecer los obreros frigoríficos, pero antes no había nada más que empleados de la Intendencia. Por eso la Intendencia siempre estaba desbordada de gente, tenía más empleados que necesitaba. En el 2007, viene el grupo brasileño Marfrig que compra y agranda el Frigorífico Tacuarembó y eso está permitiendo una cantidad importante de gente que trabaja en esa empresa. De la misma manera que en el 2004 y 2005 empezaron las inversiones de la madera, la Ley Forestal se aprueba en el año 1986, con Sanguinetti como Presidente y Wilson Ferreira como Presidente del directorio del Partido Nacional. La matriz productiva se empieza a diversificar, mientras se desarrolló hasta que se mostró de manera fuerte en el año 2000, y en el 2004 es cuando aparece el grupo inversor buscando un lugar para instalar la planta. También en la ciudad proliferaron los aserraderos, que ahora son muchos. Tacuarembó ha venido creciendo, pero claro, llama a gente de otros lados para buscar empleo acá. Te puedo decir que en Tacuarembó no había casi asentamientos marginales, y cuando yo volví en el 2015 a la Intendencia me encontré que habían al menos 2 asentamientos más. Yo creo que eso se da, porque viene gente desde otros lugares para buscar empleo acá. Es el mismo problema que existió en Montevideo.

-También veo mejoras en materia de vivienda como es el caso del Barrio San Gabriel.

Ahí empezaron por un lado la cooperativa de viviendas, y ha trabajado mucho la Intendencia para estimular el desarrollo de las viviendas en esas tierras. Esas chacras fueron compradas en el gobierno de Sergio Chiesa, yo era edil departamental. Después de empezaron a construir viviendas a través de un compendio con el Ministerio de Vivienda, yo mismo firmé uno para el realojo de vecinos del Barrio La Concordia. Se seleccionó  a los vecinos afectados de ese barrio y se los realojo en el Barrio San Gabriel. Después en el último periodo que estuve en la Intendencia hice un compendio de 35 viviendas para familias que estaban en asentamientos en el Barrio San Gabriel. Creo que se debe seguir con esa política, porque creo que es más importante eso que los propios planes sociales.La vivienda es tu lugar en el mundo, para el ser humano es crucial tener un hogar propio.

-Usted habla de la vivienda, pero hoy hay un gran costo para alquilar una, más en una departamento como Tacuarembó donde los sueldos son bajos en promedio. Me parece que es un problema…

En mi primer periodo de la Intendencia, que a los arquitectos no les gusto mucho en su momento, pusimos en marcha para desarrollar vivienda de suelo cemento, que es la mezcla de tierra y portland. Pero lo cierto es que pusimos en marcha, hay viviendas de esas estructuras en varios barrios en el departamento, y uno las ve hoy y están sanas. Pero sirvieron para darle en su momento un destino digno a la gente. Antes había ranchos de paja y piso de tierra. Trabajamos y logramos sacar a muchos de esa precariedad, con materiales y técnicos. En el 2015 yo quise volver a comenzar ese programa, pero lamentablemente había una Ley que decía que las Intendencias no pueden administrar partidas para ejecución de viviendas.Yo quiero que vuelva las Intendencias la posibilidad de ejecución de viviendas, porque las intendencias están en el lugar, muy distinto de estar en Montevideo en una oficina. No puede ser que una maestra de campaña en Cuchilla del Ombú, por ejemplo, quiera ampliar la escuela y tenga que pensar con los del departamento de arquitectura del Codicen para que algún día vengan y le den el visto bueno a ejecutar la obra. Me parece que la descentralización sigue siendo una palabra válida, porque seamos sinceros, hoy en el país no hay márgenes para grandes cambios estructurales.

-¿Cómo es eso de que no puede haber cambios mayores a nivel nacional?

Mire, yo no soy muy afecto a lo de izquierda- derecha y derecha- izquierda, creo que eso es relativo. Pero para ponerle nombre, no hay mucho más espacio de avanzar hacia izquierda mucho más pronunciada, porque en el mundo se ha demostrado que los sistemas excesivamente estatistas han fracasado como la Unión Soviética, la propia China que tuvo que reconvertirse, ahora es un gobierno comunista en un sistema super capitalista. También en Europa Oriental, todos esos gobiernos estatistas se desmoronaron. Pero, tampoco para el área excesivamente liberal porque en el caso de la sociedad uruguaya, tiene en su ADN una marca que es el proceso batllista. Usted puede pertenecer a cualquier partido político que quiera, pero no se puede ignorar que hay una concepción en la sociedad uruguaya que es plenamente batllista.

-A todo esto. ¿Cómo se define políticamente?

Yo me defino como blanco wilsonista. Soy descentralista, creo en los programas de colonización, porque me parece importante para el poblamiento de la campaña. Pero no creo en estatismos, que terminan generando grandes problemas en el Uruguay y en el mundo. Tampoco se puede pretender una liberalización total, como que la educación y la salud sean totalmente privadas. 

-A veces escucho en el discurso de los políticos que no se suelen identificar ideológicamente, y en ese discurso y dialéctica, no se termina sabiendo qué es el wilsonismo. De hecho, puedes poner en apuros a los votantes del Partido Nacional a la hora de definir al wilsonismo.

Exactamente. Lo que pasa que dentro del votante wilsonista hay dos componentes. Está una lo que es la emocional, en la época de mayor brillo de Wilson Ferreira en la época de la dictadura. En el ADN blanco está el tema de la libertad, Wilson encarnaba el ideario saravista por eso su choque con la dictadura. Y por supuesto, ese Wilson Ferreira carismático con la gente. Era un hombre muy inteligente, tan inteligente que sabía manejar esa emotividad con la gente y meter conceptos a la vez.La otra faceta, era la del programa de ideas, que eso se va quedando muchas veces en el olvido. En el momento que el wilsonismo no llegó a ser una forma de gobierno, Wilson nunca llegó a ser Presidente ni ninguno de sus seguidores más directos. No tuvo a diferencia del batllismo de marcar con políticas públicas una fuerte matriz. Pero marcó líneas en su pensamiento que a mi manera de ver, las tenemos que mantener, y una de ellas es la descentralización.

-Usted fue una parte muy importante en la construcción de Alianza Nacional, y siempre se vio a Larrañaga como esa figura bien del norte, del interior, representando los valores rurales, pero el falleció hace casi dos años. ¿Pero quién lo va a suplantar?

Alianza Nacional  es un proyecto inconcluso, que nació del Grupo de Intendentes, que a su vez ya había tenido un antecedente de agrupamiento de intendentes wilsonistas, el grupo cordobés en su época. Cuando eso eso perdió fuerza yo fui protagonista de lo  que se fue perfilando a la figura de Larrañaga. Ese grupo tuvo su problema que fue la muerte de dos intendentes pilares, y la muerte luego del intendente de Maldonado. Y, de ahí que quedamos muy poquitos

-De todo eso, usted es el único que queda vivo.

Sí, lamentablemente es así. Y ese movimiento pasó a llamarse Nueva Fuerza Nacional. Y ahí viene el acuerdo de Alianza Nacional, que la primera fórmula fue la de Ramirez- Larrañaga que pierde las elecciones. Eso revive después en el 2004, le ganó a Lacalle la interna del Partido Nacional. Perdimos luego con Vázquez, porque luego de las crisis del 2002 la gente tenía una gran bronca con todos los partidos tradicionales. Pero eso se empezó a perder por la puja de gente de Montevideo y gente del interior. El partido no escapó al centralismo, porque la estructura del Partido Nacional no pensaba de la misma manera que los dirigentes del interior. Mirá que hay blancos centralistas.

-Ahora gobierna una coalición de diferentes partidos. ¿Cómo ve al gobierno actual?

El gobierno creo que en términos generales, como decía Jorge Batlle “cuando el viento sopla a favor la ola sube y el barquito se va para arriba”, en un país donde hemos tenido récord de importaciones en el 2020, 2021 y 2022, con grandes exportaciones a China. Estamos en un proceso bastante parecido al primer gobierno de Vázquez en lo económico. Mucha gente dice que tuvimos la pandemia, es verdad, pero los sectores golpeados económicos fueron urbanos y no los del agro. De esta manera, ha sido un gobierno que se ha beneficiado de la situación internacional. Hoy hay un gran actor comprador que es China.

-Usted hoy es el Embajador de Uruguay en Venezuela, pero días antes de su designación, se me venía la cabeza la filosofía de John Rawls, que en un momento planteó el problema de cómo se deben relacionar aquellas naciones liberales con las que no lo son, es decir, con gobiernos totalitarios o dictatoriales. ¿ Cómo se plantea esa situación desde su punto de vista?

Yo soy muy lector de Rawls, el liberalismo igualitario que yo me identifico con este, no soy liberal clásico. Y sobre lo de Venezuela hay que conciliar dos principios que no son fáciles de hacerlo. Por un lado el principio de la no intervención de los asuntos internos de otros estados.Y el otro principio es el  de los derechos humanos, que es una doctrina. 

-¿Usted está a favor de las sanciones a otras naciones, como las económicas?

No, porque me parece que son propias de la Guerra Fría. Eso hoy ya no tiene más sentido, se habla de una supuesta “Guerra Comercial”, pero no hay una rivalidad militar, ni veo intenciones de China de expandir el comunismo. Hoy esa etapa se cerró en el mundo y hay que encarar con nuevo ojos las relaciones internacionales.Y, como dijo Lord Palmerston: “Los países no tienen amigos permanentes sino intereses permanentes”. Es la misma razón por la que Uruguay tiene buenas relaciones con China. Más del 50 por ciento de las carnes que producimos  se la vendemos a China. Y, por esas misma razón, Jorge Batlle que era un gran liberal, cuando se habló de que Venezuela se incorporará al Mercosur, eso generó una gran revuelta en el mundo porque todo el mundo decía el Mercosur ideológico, y creo que mucha gente de izquierda entendió eso, Jorge Batlle dijo que estaba en contra de la ideologización por la cual se iba a incluir a Venezuela, pero sí a favor de la comercial, porque es un país complementario en la producción, como tienen el petróleo.

¿Usted cuándo va a estar partiendo a Venezuela?

Pienso que ahora en marzo, entre los papeles y esas cosas. Quiero estar en la Patria Gaucha.

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