“Quebradas del Norte”: El plan de Tacuarembó para liderar el ecoturismo nacional hacia 2026

A través de una alianza estratégica entre el Ministerio de Turismo y la Intendencia, el departamento consolida su corredor turístico, apostando a la mística de sus paisajes y la autenticidad de su gente.

Lo que comenzó como un conjunto de parajes naturales de difícil acceso se está transformando en una de las propuestas turísticas más sólidas del norte uruguayo. Bajo el nombre “Consolidando el Corredor Turístico Quebradas del Norte de Tacuarembó”, el pasado jueves se llevó a cabo una jornada clave en la sala de usos múltiples de Valle Edén, donde se trazó la hoja de ruta para la oferta turística del año 2026.

Este proyecto, que cuenta con el respaldo técnico y financiero del Programa de Pequeñas Donaciones (PPD), el Ministerio de Turismo (Mintur) y la Dirección de Turismo de la Intendencia, busca profesionalizar el ecoturismo y el turismo rural comunitario, integrando a los operadores locales en una red de experiencias compartidas.

El valor de la identidad local: “Más que un lugar para el mate”

Uno de los momentos más significativos del evento fue la intervención de Hugo Alfonso, referente de “Valle de Paseos”, un emprendimiento familiar con una década de historia en la región. Con la franqueza de quien conoce cada rincón del terreno, Alfonso planteó que el desafío actual es elevar la percepción del visitante.

“A veces nos cuesta reconocer lo que tenemos alrededor. Valle Edén es mucho más que un lugar para venir a tomar mate o comer una torta frita; tiene un valor geológico, botánico y cultural inmenso que queremos transmitir”, afirmó el operador.

Para Alfonso, el turismo debe ser una herramienta de ecocientización. La premisa es clara: “Nadie defiende lo que no conoce”. Por ello, el corredor no solo ofrece paisajes, sino una inmersión en la historia del lugar, con el Museo Carlos Gardel como epicentro de la charla técnica ante las altas temperaturas que impidieron el recorrido de campo previsto inicialmente.

Curiosidades y singularidades del destino

La jornada permitió poner sobre la mesa datos que suelen pasar desapercibidos para el turista convencional, pero que conforman el tejido de la mística del norte:

La Escuela Rural como fenómeno cultural: Alfonso destacó la labor del maestro Daniel Frost en la Escuela N.º 23, donde asisten apenas cinco niños. Para un visitante urbano, este dato es un «choque de realidad» que fascina y muestra la escala humana del territorio.

La fuerza de la naturaleza: El famoso puente colgante, hoy iluminado para visitas nocturnas, es en realidad la tercera estructura construida en el lugar. Las dos anteriores fueron víctimas de las crecientes «torrenciales» del arroyo Jabonería, que puede llegar a tocar la panza del puente en épocas de lluvia intensa.

Misticismo geológico: Se hizo especial énfasis en el monumento al motociclista caído, un espacio donde la luz solar, en fechas específicas, atraviesa triángulos para refractar en rocas de cuarzo luna, simbolizando la unión entre el hombre y la mujer en un espectáculo de luz y piedra.

Proyección 2026: Cascadas y quebradas

El lanzamiento de las ofertas para 2026 no es azaroso. Tacuarembó se prepara para recibir un flujo mayor de visitantes interesados en el turismo de bajo impacto. El corredor destaca por poseer una de las mayores concentraciones de cascadas y quebradas de Uruguay, accidentes geográficos que ofrecen un microclima y una biodiversidad únicos en el país.

El evento concluyó con la convicción de que la alianza entre instituciones y emprendedores locales es la única vía para garantizar un turismo sostenible que respete la fragilidad del ecosistema de quebradas mientras dinamiza la economía de comunidades de menos de 100 habitantes, como es el caso de Valle Edén.

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